BAD DESICIONS

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Alicent

Eran la 1 de la mañana y no podía dormir, mi cabeza daba vueltas, había tomado malas desiciones en mi vida, pero lo que estaba pensando hacer sobrepasaba los límites, estaba muy estresada y me sentía sola, pero el riesgo era que me cortaran la cabeza por traición, ¿debía ir a buscar a Daenys?, sin duda quería hacerlo, la deseaba, la nesesitaba, sin embargo ella no quería saber nada de mi.

Así que me pare de mi cama, me puse la bata y salí de mi cuarto decidida... pero, toque la puerta de su cuarto.

-¿Alicent?- dijo Daemon, frotándose los ojos

-te nesesito- le dije mientras lo empujaba dentro de la habitacion

Le plante un beso que el a pesar de estar sorendido, me lo devolvió, puso una de sus manos sobre mi cintura y la otra sobre mi mandíbula, ejerciendo fuerza que hacía que mi cabeza se hechara para atrás

-¿por que haces esto alicent?- dijo contra mi

-por que la traición es el precio que me atrevo a pagar por ti

Me volvió a besar, pero esta ves con más intensidad, nos extrañabamos y deseábamos, ya había pasado casi 1 año en que no nos tocábamos, el me tiro sobre la cama y me habrio un poco la bata, recorrió un camino de besos por mi mandíbula y cuello, bajo hasta desatar mi vestido para dormir para tener una vista plena de mi pecho.

Mientras me besaba una de sus manos estaba sobre mi busto, haciendo círculos delicadamente sobre el, y su otra mano bajaba lentamente sobre mi abdomen bajo.

Sus dedos jugaban conmigo como quisieran, mis uñas sobre su espalda y sus besos sobre mi cuerpo hacían la dupla perfecta.

Entonces me arriesgue, pero a diferencia de las malas desiciones en mi vida esta era por gusto propio.

Me monte encima de el, la bata de dormir todavía me colgaba en los brazos pero no me reducía movilidad, me movía en círculos y de arriba a abajo, el sujetaba mi cadera y muslos con fuerza y yo me apoyaba en sus hombros, podía sentir el roze, me sentía llena, completa.

El subcionaba mi pecho y mordia levemente, yo lo abrazaba como si no quisiera dejarlo ir.

El me puso debajo suyo y comenzó a bajar con un camino de besos, no se que hacía pero se sentia tan bien, mis piernas apretaban su cabeza levemente y el cogia mis muslos con fuerza, puse una mano sobre su cabello para guiarlo un poco mientras la sensación húmeda me inundaba.

Y entonces nos unimos otra vez, había olvidado lo mucho que nesesitaba el tacto electrizante de su piel, su olor, sus besos, aunque siempre me atrajeron las mujeres como Rhaenyra y Daenys, pero Daemon siempre había sido el amor de mi vida, lo admiraba, y por un tiempo yo lo fui, hasta que puso sus ojos en Daenys, pero eso no importaba en ese momento, el era mio en ese instante, aunque fuera por solo una noche, el fue mio y yo fui suya, nos necesitábamos, estábamos hambrientos uno del otro.

Aun recuerdo como Daemon me ofreció escapar, a tan solo horas antes de mi boda con Viserys, pero mi miedo ante mi padre no me lo permitió, esa desicion todavía me atormenta.

Puedo decir que estuve en el cielo, 1, 2, 3 y hasta más de 4 veces, Daemon tenía ese poder sobre mi.

La luz de la mañana resplandecía sobre mi rostro, pero mis ojos todavía estaban cerrados, la seda de las sabanas eran suaves sobre mi piel totalmente desnuda, sabía que Daemon ya no estaba a mi lado, pero también sabia que no me había abandonado, no había huido, iba a esperar que saliera del baño para levantarme pero escuche como la puerta se habrio, levante mi cabeza inconscientemente.
Mis ojos no podían creer lo que estaba viendo.

-¡¿Alicent?!- Daenys estaba parada en la puerta, con el corazón en la boca y los ojos llorosos.

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