Sin Nombres 10

8 4 0
                                    


🌌

Yo pude ver más allá, en donde nadie. Pude llegar más allá, en donde
nadie. Pude alcanzarte y conocerte, en donde nadie. Y vi tu corazón destrozado; vi tu alma que se ahogaba; vi tu ser agonizando.
Yo vi cómo me mirabas, me pedías que te salvara. Muy dentro de ti
gritabas; quise salvarte, quise ayudarte, pero no pude, eso no pude.

Me volví, en nadie.

Comencé a  sentirme culpable, porque me amabas, pero mi corazón te despreciaba.  Me sentí culpable, porque te ahogabas, pero yo también agonizaba. Y me sentí culpable, porque te amaba, pero fue muy tarde, tan tarde.

Entré en esa oscuridad junto a ti, comenzando a morir. Y cruel fue la
realidad cuando te vi, te pegaste a mí; te alejé al darme cuenta que tú,
matabas todo de mí.
Y me sentí culpable, porque mentías para proteger tu alma podrida.
Me sentí culpable, porque odiaba ese sentimiento que me embargaba.
Y me sentí culpable, por no salvarte para salir corriendo, como cobarde.
Me dejé llevar sin ningún remordimiento; y me llené de lo mismo que tú. Salí de tu vida salvando la mía y te abandoné cuando la esperanza florecía en ti, desapareciendo al instante.

Y mi boca se llenó de consejos para ti, de advertencias acompañada de esa
preocupación constante por ti. Aun así no te importó que cayera en un
hoyo negro, solo porque tú te encontraba ahí.

Y con el tiempo dejé de mirarte, aunque el sentimiento crecía en mí; porque a pesar de que gritabas por ayuda, nunca quisiste salir de allí. Siempre lo supe, siempre fui consciente de todo; pero por ese amor que jamás te rebelé me acerqué más a ti… pero también salí huyendo; gracias a ese odio que comencé a sentir por todo lo que tu corazón sentía, por todo lo que tu cuerpo hacía, por todo lo que tu mente pensaba.
Y esto fue tan efímero, pero se quedó en mí, como un recuerdo indeleble.

Reconozco que este amor, me enseño a valorar cosas que nunca tuve o
que estuve a punto de perder…  que alejarme de ti fue lo mejor para mí.
Tú no querías salvación. Tú querías hundir todo lo que los demás tenían.
Es por eso que nadie llegó a ti. Y ahora mismo con mi corazón ya limpio, puedo agradecer que en el último momento me convertí en ese  grupo que tanto ignorabas.

Me convertí, en un nadie para ti.

.
.
.

Algunos serán más largos que otros.

SIN sus NOMBRES - Trilogía, Una Salida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora