Mariposas ♡ ChanIn

Capítulo 1

Todo empezó en aquel abril.

El sol brillaba maravillosamente esa mañana y las mariposas volaban a destiempo en el hermoso jardín, coloreando el cielo de ese aquel abril.

Jeongin iba corriendo por el enorme jardín trasero de su colegio, muy apresurado y distraído, su clase estaba por empezar y si no se apuraba, llegaría tarde y su maestro no dudaría en dejarlo afuera del salón. Iba tan desesperado por llegar a tiempo que no vio cómo un muchacho se lanzaba de uno de los grandes árboles del jardín y posteriormente cayendo sobre él, tumbándolo en el verde césped. Ante el impacto, Jeongin gimió de dolor e inevitablemente hizo una mueca. El muchacho desconocido se levantó primero, algo alarmado lo ayudó a levantarse.

—Perdón, perdón, perdón —se disculpó el chico de inmediato—. Discúlpame, de verdad no te vi venir.

A Jeongin le tomó algunos segundos recomponerse del golpe, cuando lo hizo alzó su mirada, dispuesto a gritarle al chico que se creía Spiderman que era un descuidado idiota y que debería poner más atención a su alrededor.

Sin embargo, sus palabras ofensivas jamás salieron de su boca, pues había quedado hipnotizado con ese iris de color verde claro que combinaba tan hermosamente con el bonito azul del cielo y resplandecía como el brillante sol de esa mañana.

Jeongin juró escuchar campanas y ver resplandecer a ese chico.

—¿Estás bien? —preguntó el muchacho, agitando su mano frente al rostro de Jeongin para llamar su atención.

—¿Ah? Uhm, sí... —susurró.

—De verdad lamento haberte golpeado, si quieres vayamos a la enfermería a ver si te encuentras bien.

—No, no hace falta, e-estoy bien...

—¿Seguro? —el chico le miró, directo a los ojos.

Y Jeongin se sintió embobado, con un cosquilleo en todo su cuerpo. Sintió eso que su madre solía contarle en sus relatos de amor, eso que sucede cuando se está enamorado. Sintió mariposas en el estómago, millones de mariposas volando en su interior y sin control.

—Sí... —dijo en un susurro, viéndole de nuevo.

Se quedaron en silencio por varios segundos, Jeongin se había hipnotizado tanto y el chico Spiderman comenzaba a inquietarse ante el repentino silencio.

—Oh, bueno... —habló, rascándose la nuca, nervioso y llamando su atención—. Entonces, ya me voy, lamento lo de enante.

—¿Qué? —dijo Jeongin.

—¿Qué? —contestó el chico.

Jeongin despertó de su trance, volviendo a la realidad, el chico de ojos verdes y cabellos negros le miró con preocupación.

—¿Qué dijiste? —algo desorientado preguntó Jeongin. El chico soltó una pequeña risa que sólo cautivó los oídos de Jeongin.

—Decía que ya me iba, las clases ya empezaron... Y otra vez, perdón. Nos vemos —murmuró y se dio la vuelta luego del asentimiento de Jeongin.

—Oh, sí, está bien, nos vemos.

Jeongin se quedó allí en medio de ese jardín, debajo de ese cielo azul, rodeado de aquellas mariposas con miles de emociones y sentimientos floreciendo en su interior. Observando la espalda de ese lindo chico que se estaba yendo porque las clases ya habían iniciado.

Las clases ya habían iniciado...

Las clases...

Abrió de golpe sus ojos, alarmado y empezó a correr nuevamente apresurado, sin duda llegaría tarde y el maestro lo dejaría afuera. Continuó corriendo sin importarle que había pasado a lado del chico, dejándolo muy atrás. Lo único que estaba en su cabeza era poder llegar a tiempo, sin embargo, no lo consiguió. Cuando llegó a su aula, el profesor ya se encontraba en su interior impartiendo la clase. No lo dejó entrar, a ese docente no le agradaba los retrasos ni la impuntualidad.

Jeongin suspiró, agotado, decidió permanecer sentado fuera del aula con su espalda apoyada en la pared, sacó su libro para leer y esperar hasta que la clase acabase. Una escena del libro y su mente imaginativa lo llevó a pensar en lo que sucedió en el jardín con ese lindo chico, volvió a suspirar y sonreír, muy encantado.