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Habían pasado varias cosas en las pasadas dos semanas.

Louis se enteró que su manager sobornó al director antes de que él preguntara por el cambio, así que lo despidió.

Harry se enteró de todo, y lo dejaron decidir si se quedaba con Louis o lo reasignaban, este decidió a Louis esperando no arrepentirse.

Ryan (el padre de Harry) hizo que despidieran al director.

Ryan iba a conocer a Louis mañana.

Harry no a caído en su espacio en esas 2 semanas, se a obligado a no caer.

Y ya.

Chemtrails over the country club de lana del rey sonaba en sus audífonos.

Estaba comiendo en la cafetería con Niall y Taylor.

-Tengo que irme- dice Harry.

-¿por?- pregunta Niall

-Aun no acabo mi dibujo para la clase de mañana-

-Oh, suerte corazón, y antes de que se me olvide, ten son galletas de almendra tus favoritas- dice Taylor extendiendo un envase

-Gracias, adiós- dice despidiéndose con la mano.

Retener sus caídas lo volvía un poco apagado, pero estaba bien, aún no llegaban los pensamientos.

-¿y Harry?- le habla Niall

-¿si?-

-No lo retengas, sabes que te hace daño y que nadie vale tu salud mental-

-Estoy bien, está bien-

En cuanto el rizado está lo suficientemente lejos, Taylor decide alertar a su pareja, y al padre de esta, no quiere que aquello pase otra vez.

-Hola Harry- dice Louis.

-Hola lou-

-¿Qué tal va tu sábado?-

-Un poco aburrido, ¿qué tal el tuyo?-

-Te tengo un regalo-

-¿enserio?, ¿a mi?-

-Sip- dice extendiéndole un lindo peluche de hello kitty parecido un poco a boo ya que tenía fresitas

-Es muy lindo, ¡le puede hacer compañía a boo cuando no estoy!- oh no, no caigas, se apaga un poco al notar que dijo.

-En eso pensé bonito- extrañándole que Harry se apagara de esa manera

-Gracias- dice abrazándolo.

Después de un rato ambos están sumergidos en un confortable silencio mientras estudiaban, el menor se puso sus audífonos y comenzó a escuchar la música del mayor.

Inconscientemente comenzó a tararear Saturdays, haciendo que Louis quien estaba leyendo un libro teórico de Aristóteles parara, poniéndose a escuchar al menor.

Cuando el rizado se da cuenta que está cantando, muy bajito pero cantando, se calla, esperando que aquel castaño no hubiera escuchado nada, hasta que esté dice.

-¿podrías continuar cantando?, tu voz me calma-

-¿Enserio?-

-Tienes una voz de ángel-

Just a little lover Donde viven las historias. Descúbrelo ahora