The day I met you || ZeeNunew || 💕🪴

Capítulo 1

Podía sentir como todo su cuerpo quedo paralizado al ver tal escena.
Su cerebro gritaba que era una ilusión, y su corazón estaba ausente.
La espalda desnuda de su prometido podía verse bajo la tenue luz de la habitación, podía visualizarse unas manos delgadas acariciando esta misma, con pequeñas manchas rojas.
Si, era su prometido con una mujer en su cama.
Dejo caer la pequeña caja que sostenía en sus manos causando ruido en la habitación.
De inmediato el sujeto que se encontraba en la cama dirigió su mirada en la entrada de la habitación donde pudo encontrarse con la mirada de horror de NuNew. Inmediatamente se reincorporo en la cama tomando su bata de la mesita de noche para ponérselo lo más rápido posible.
—Cariño.... – dice acercándose a nunew, poniéndose frente a frente.
—Estoy harto de que me trates como un estúpido, no sé qué hice para merecer esto. Lo único que he hecho es amarte tanto, — dijo con lágrimas cayendo por sus mejillas, casi susurrando— ¡NO QUIERO VOLVERTE A VER EN MI VIDA! —grito de manera molesta, alejándose poco a poco de aquel hombre, dando pasos lentamente hacia atrás.
Podía ver como este se acercaba a el de nuevo, tratando de lucir tranquilo, como si nada estuviera mal.
—Nu, por favor escúchame... — dice el hombre poniendo su mano en el pecho— sabes que te amo, nada de esto es verdad, esto no significa nada para mi, sabes bien que yo te amo.... Ella se metía a mi cama— dijo señalando la escena que estaba detrás de él.
Nunew no podía contener las lágrimas, su prometido la persona que más amaba, lo había engañado. Que tuvo que hacer para que esto le pasara. Sin mas se giró y salió rápido de la habitación, quedando todo en silencio.

****

Había pasado 1 mes desde lo sucedido, había estado deprimido, encerrado en su departamento, su padre lo llamaba todos los días cada le llamaba muy seguido preguntándole como estaba. Sabia de ante mano que su padre estaría preocupado por el, ya que después de todo a quien recurrió cuando sucedió todo fue a él.
—Hijo por favor, tienes que animarte, no quiero presionarte, pero si sigues quedándote en casa no podrás superar todo lo que paso, tu madre y yo estamos muy preocupados por ti cariño — se escucha la voz cansada de su padre en la línea telefónica.
Suspiro con cansancio.
—Lo se papá, no quiero preocuparlos más— hace una pequeña pausa — mañana regresare a la oficina—dice esto ultimo en tono cansado y sin muchos ánimos.
—Me alegra mucho escuchar eso hijo, — podía sentir la pizca de alegría en la voz de su papá. —¿quieres que mande al chofer por ti?
—No papá, gracias. Llevare mi coche
—Entiendo hijo, por favor pasa a saludar a tu madre cuando salgas de la empresa, esta muy preocupada por ti. Te amamos con todo nuestro corazón
—Si, yo también los amo — al decir esto ultimo cuelga la llamada, deja su teléfono sobre la mesita de noche que se encuentra justo a lado de su cama, para luego enredarse entre las cobijas y hacerse bolita en la cama, no quería saber nada de nadie, pero también sabía que no debía preocupar más a sus padres. Debía seguir su vida como de costumbre, mientras pensaba esto, el sueño y el cansancio emocional hicieron que poco a poco cerrara sus ojos para caer en un profundo sueño.
A la mañana siguiente su despertador comenzó a sonar, se removió en su lugar para luego reincorporarse y sentarse en la cama, tallándose los ojos con delicadeza para enfocar su vista en el despertador, marcan las 4:50 am, estiro su mano para apagarla. Se le escapo un suspiro y se levantó de la cama perezosamente, quedándose sentado en la orilla de está contemplando algún punto vacío de la habitación. Se sentía tan vacía, y pensar que antes se levantaba con alegría por que podía visualizar a su prometido por las mañanas al despertarse, como este le daba besos y lo abrazaba diciéndole cuanto lo amaba y lo afortunado que había sido por tenerlo en su vida, saber que todo eso fue mentira simplemente le dolía más.
Negándose a seguir con lo mismo, sacudió su cabeza con delicadeza para despejar esos pensamientos que solo lograban que se sintiera estancando a lo mismo.
Se ducho y se cambio con su acostumbrado traje azul marino elegante. Sale de su habitación y baja las escaleras dirigiéndose a la cocina, donde se encuentra con Shania, el ama de llaves de su departamento, la persona que lo ayudaba con los deberes de la casa y la comida de vez en cuando.
—Buenos días Joven Maestro— lo recibe con una sonrisa tierna, para una señora de su edad, era como una abuelita para él, siempre cariñosa, dulce y amable.
—Ya te dije que no me llames de esa manera nana — dice aquello con un pequeño puchero, como solía hacerlo cuando era un niño.
Ella había sido su nana desde que el era un bebe, sus padres le tenían mucha confianza y también la apreciaban. Ella trabajaba para él, pero cuando se comprometió, ella comenzó a trabajar con su madre de nuevo y solo iba a su departamento a revisar que no le faltara nada de vez en cuando para respetar su privacidad con su prometido.
—Siempre siendo un niño travieso— dice esto sonriendo — ya tengo listo tu desayuno mi pequeño niño —acaricio sus regordetas mejillas pellizcándolas con ternura.
—¿No desayunaras conmigo nana? — pregunto tomando su mano
—Tengo que lavar tu ropa y limpiar la planta de arriba, he tratado de respetar tu espacio mi niño, pero estoy casi segura de que hay un caos allá arriba. — le lanza una mirada juguetona a lo cual hace que nunew suelte una dulce sonrisa.
—Estas en lo cierto —la suelta y ve como esta se va, desapareciendo de su vista.
Saco su celular del bolsillo y reviso sus mensajes mientras tomaba con su otra mano el pan tostado.
Suspiro al ver los 500 mensajes y más de 200 llamadas que le había dejado su ex prometido en el buzo, a como iban las cosas tendría que cambiar su número de teléfono para que este dejara de llamarle. De nueva cuenta bloqueo su número de teléfono.
Termino de desayunar y se dirigió a la puerta principal, la cual estaba repleta de grandes ramos de flores y pequeñas cajas de terciopelo que claramente eran de joyerías reconocidas. Suspiro negando con la cabeza.
—¡NANA! — grito, mientras escucho los pasos de su nana bajar por las escaleras, sintiendo su presencia a un lado suyo. —Por favor, cuando llegue del trabajo no quiero ver nada de esto— giro para verla, esta iba a replicar algo, pero no la dejo decir nada, ya que la interrumpió — las flores tíralas, si alguien trae mas por favor no las aceptes en dado caso hagan caso omiso habla con el personal de seguridad del edificio por favor. En cuanto a la joyería, te la puedes quedar, venderlas o incluso tirarlas, realmente no me importa.
—El señor Park es quien ha estado viniendo a dejar todas estas cosas.
—Vaya sorpresa. No le da vergüenza si quiera venir a mi casa, —dijo cruzando sus brazos — hablare personalmente con los de seguridad para que no vuelva a poner un pie en este edificio. —su voz se escuchaba serie, pero con una pisca de tristeza — eso sería todo nana, me ayudas con eso por favor
—esta bien mi niño, como tu digas
Sin más, salió del departamento, se dirigió al elevador y bajo al estacionamiento subterráneo que tenía el edificio, encontrándose con su auto último modelo color negro.
Emprendió su camino a la empresa.