|| Consejos de amor ||

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Apola.

Me encontraba acostada en mi cama a las tres de la mañana mientras miraba el techo y pensaba en varias cosas que rondaban en mi mente, pero sin detenerme en ningún pensamiento concreto. No me gustaba pensar demasiado cuando estaba esperando, pero a veces eso me hacía perder la percepción del tiempo y acelera, en cierta forma, las cosas.

Suspiré pesadamente y me levanté de un salto, mareándome casi al instante. Santos cielos. Esperé hasta que el temblor a mi alrededor desapareciera y seguí con lo que planeaba hacer cuando me levanté, que era escribir en mi diario, como era habitual cada noche que esperaba.

Apenas iba dos palabras cuando escuché dos suaves golpes en la puerta de mi habitación. Rodé los ojos y asentí hacia la puerta para que se abriera, encontrándome con Sabrina al otro lado de la misma.

Ella pasó a mi habitación y cerró la puerta, se veía algo consternada cuando se sentó sobre mi cama así que decidí dejar mis escrituras y prestarle atención a mi hermana.

―Visitando mi cuarto a las tres de la mañana como en los viejos tiempos. ¿Qué sucede, Brina? ―Le pregunté, girando en mi silla para poder verla.

Tenía puesto su pijama de seda rosa de todas las noches, e incluso se notaba que había intentado dormir por su cabello despeinado y unas leves ojeras debajo de sus ojos, pero había algo que la atormentaba, no dejándola dormir.

―Otra vez esos malditos sueños. ―Me dice ella, casi rechinando sus dientes―. Sobre nuestro padre, sobre Nick y Harvey al mismo tiempo, todo está tan confuso en mi mente ahora.

―Con lo de nuestro padre te entiendo, he soñado con él algunas veces y no ha sido particularmente bueno, más bien perturbador. Pero lo de Harvey y Nick... ―Pensé bien en qué decir, ya que según Sabrina, yo no tenía experiencia real con el amor―, podrías intentar explicármelo.

―Verás, me siento bien con Nick y estoy enamorada pero Harvey... aún siento que hay algo que me conecta a él, ¿sabes? Algo casi sobrenatural. Y se supone que si estoy con Nick sólo debería sentirme así con él.

―Brina, no hace mucho tiempo que dejaste lo de Harvey, no tienes que presionarte para dejar de sentir cosas por él. Además, no es como si un clavo sacara a otro clavo. ―Le digo, siéndole completamente sincera.

Ella suspiró frustrada.

―Pero si de verdad quieres destruir tus sentimientos románticos por Harvey... ―Volví a decir, levantándome de la silla y caminando hacia ella, para luego sentarme en la cama―, tengo un hechizo que desatará esas ataduras.

―¿Qué? ¿Cómo dices?

―Debes conseguir dos velas que estén unidas por sus mechas, escribir tu nombre en una de ellas y el de Harvey en la otra, y luego quemar las mechas, haciendo que se separen.

―Yo... no sé si pueda...

―Para el futuro ―le interrumpí―, ya estás enterada. De todas formas, creo que Nick y tú son adorables pero sabes que no entiendo mucho de eso. Y no, Brina, no hablaremos de mi vida amorosa.

―Tú nunca quieres hablar de eso, Apola. Y no entiendo por qué. Sé que hay alguien. Digo, no le has hecho caso a muchos chicos lindos que te han invitado a salir y sé que es por alguien, sólo que no sé quién. Se supone que tendrías que contarme, soy tu hermana. ―Se quejó Sabrina, levantando sus grandes cejas hacia mí mientras se cruzaba de brazos.

―Que seas mi hermana no significa que tenga que confesarte todo, Brina. Y créeme que cuando tengas que saber algo, lo sabrás, pero no hay nada que saber ahora. Además, en lo personal se me hacen más interesantes tus cuestiones amorosas que las mías, déjame decirte.

𝔤𝔬 𝔱𝔬 𝔥𝔢𝔩𝔩, 𝔟𝔞𝔟𝔶 [ℭ𝔞𝔩𝔦𝔟𝔞𝔫]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora