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Sheffield - 2013

Alex Turner Pov:

Abrí los ojos y reaccioné de golpe, abrumado, casi me caía del taburete sobre el que estaba sentado, ¿Acaso me encontraba en una fiesta?, al parecer estaba sentado frente a la barra dónde se supone que un bartender sirve los tragos o cualquier tipo de bebida alcohólica, me comenzaba a afligir el fuerte volúmen de la música y me preocupaba el hecho de no recordar como llegué a aquel lugar, ¿Por qué no recordaba nada de lo que pasó antes?.

Me puse a observar a la gente de mi alrededor y no reconocí ningún rostro, buscando una solución lógica e intentado llegar a una conclusión palpé mis bolsillos intentando encontrar mi teléfono móvil, sin embargo, no tuve éxito, intenté encontrar la salida pero el lugar estaba bastante aglomerado y mientras más me escabullía entre la gente, más me perdía, no sabía por dónde más ir para continuar, hasta que una peculiar mujer me sirvió de orientación.

Su estilo me llamo bastante la atención que comencé a seguirla, al alcanzarla la tomé del brazo y se giró, con una mueca de espanto me dió una bofetada.

- ¡Pervertido! - exclama la joven con una expresión de enojo -

Me petrifiqué por unos segundos y coloqué una de mis manos sobre mi mejilla la cuál estaba ardiendo por la cachetada que me había plantado.

- Oh... Lo lamento, es que, estoy un poco afligida, no encuentro la salida - se muerde el labio inferior frunciendo el ceño pensativa -

- está bien, de todos modos no debí acercarme así... También estoy buscando la salida, creí que usted sabría donde quedaba por eso la seguí - confesé, seguidamente observé detenidamente su vestimenta -

Llevaba un abrigo con estampado de guepardo, unas botas, un vestido al cuerpo, unas gafas de sol sobre su cabeza y unos anillos que adornaban sus dedos.

- hay miles de personas aquí y decides recurrir justamente a quién no conoce este lugar - ríe por lo bajo - ni siquiera sé como llegué, solo sé que estoy aquí... - expresa una mueca de confusión -

Arqueé una ceja confundido analizando e intentado procesar la situación, ¿Acaso no era el único?, sería algo muy casual e ilógico.

- acompáñeme - la agarré del brazo y me dirigí junto a ella a la barra - siéntate - ella arqueó una ceja y frunció el ceño confundida para luego sentarse a mi lado -

- que se le ofrece señorita - pregunta el bartender coqueto mirando de arriba a abajo a la jóven quién simplemente rueda los ojos -

- carraspeé intentando llamar la atención del bartender - necesitamos charlar sobre algo importante - dije serio, este me entregó una mirada de desaprobación y se fue -

- ¿Hablar de algo importante? - arquea una ceja y realiza una mueca de confusión -

- sí, pero primero presentese, no sé su nombre - dije colocando mis manos sobre la barra -

- me llamo Arabella, ¿Y tú?... - abrí la boca para responder pero antes de que dijera algo me interrumpe - sabes, me pareció gracioso ver a un hombre trajeado en una fiesta, eso me dió confianza, aunque sigue siendo raro - suelta una risita -

- ¿Es raro ver a alguien elegante en una fiesta? - pregunté frunciendo el ceño -

- supongo que sí, al parecer no sales mucho de fiesta - soltó una pequeña risa -

- para mí es conservar la imágen - levante las cejas arreglándome la corbata -

Ella niega con la cabeza sonriendo, a punto de darle un sorbo a la bebida que quién sabe de dónde la sacó, a pesar de que nos encontrábamos a cierta distancia su perfume se encargaba de seducir mis fosas nasales, sus ojos se encontraron con los míos y me digne a preguntar...

- ¿Que edad tiene?, Arabella

- veintidós, los cumplí la semana pasada - le da otro sorbo a su bebida -

- bueno, al menos ya no es ilegal - solté una pequeña risa a lo que ella sorprendida tragó duramente su bebida y abrió sus ojos como platos -

- ¿que edad tiene usted acaso? - preguntó ella -

- veintiséis, casi veintisiete - arqueé una ceja esperando ver su reacción -

- no estás tan viejo como creí - comenta en tono burlón -

- ¿ah sí?, ¿Tan viejo me veo?...

- no, digamos que, el traje lo hace todo - ríe por lo bajo - aunque debo admitir que te hace ver más sexy

Sonreí ligeramente y al mirarla me encontré con sus ojos, tenían un hermoso brillo, instantáneamente aparté la mirada y carraspeé intentando evadir la tensión.

- y cuenteme señorita Arabella... ¿A que se dedica en su día a día? - debo admitir que lo dí todo para acabar con incómodo silencio -

- bueno, prácticamente me levanto, realizo mi rutina mañanera hasta que llega la hora en la que voy a cuidar a mis niños - sonríe ligeramente -

- ¿Tiene hijos? - pregunté intrigado -

- no, no es así - suelta una risita - soy niñera

- ya veo... Es algo, interesante...

- lo es - sonríe levemente para después darle un sorbo a su bebida -

- ¿sabe que también sería interesante?, Que usted acepte bailar conmigo - me levanté del taburete para colocarme frente a ella y tenderle una de mis manos -

- por supuesto, señor - me sonríe levemente para luego levantarse del taburete sobre el que estaba sentada y colocar una de sus manos sobre la mía -

Nos dirigimos a la pista de baile y ni bien allí coloqué mis manos alrededor de su cintura mientras que ella colocó las suyas sobre mis hombros, la altura que nos llevábamos era bastante pero tampoco estábamos tan cercanos en respecto a la edad.

Comenzamos a balancearnos de izquierda a derecha, adelante y atrás, el compás que realizamos no iba para nada con la música de fondo pero supongo que resultó más cómodo para ambos.

La mirada de Arabella iba clavada a la mía y la noche estrellada de sus ojos me hizo querer contemplar estrellas hasta la eternidad.

Ese rostro tan liso, tan fino, tan inocente, me hizo querer recorrer cada centímetro de el, cuyas pasajeras serían las desairadas yemas de mis dedos.

Un impulso lleno de valentía me llevó a colocar una de mis manos bajo su mentón, mirándola fijamente e intentando contener su mirada un segundo más sin tener que resistirme o pelear conmigo mismo en mi interior para no dirigirme como un depredador hambriento a sus labios por el simple hecho de solo estar intentando sostener la mirada.

- Arabella - miraba sus ojos y sus labios -

Enrolló sus brazos alrededor de mi cuello y yo la jalé de la cintura pegándola más a mí.

- béseme, por favor... - acabé con un suspiro -

Entonces ella fue acercando su rostro al mío...

- Alex...

- ¿Cómo sabe mi nombre si no se lo he dicho? - pregunté frunciendo el ceño -

- Alex!! - alguien me jalo el brazo -

Entonces abrí los ojos y desperté.

Arabella (Alex Turner)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora