𝘗𝘪𝘯𝘣𝘢𝘭𝘭 𝘎𝘢𝘮𝘦

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"No cierres la ventana de tu alma, solo corre las cortinas y déjame entrar"

No era una sorpresa para Haley encontrarse confundido, es decir llevaba menos de cuarenta y ocho horas en una ciudad nueva y ya estaba hecho un desastre, no el tipo de desastre bueno en el que te sientes alocado con una guitarra entre las manos mientras la gente grita tu nombre, definitivamente no.

La noche de la mudanza apenas pudo dormir, su mirada no se despegaba de la ventana, como si pudiera observar a su encantador vecino desde ahí, simplemente estúpido. Sin embargo ahí estaba él, dando vueltas en la cama como un perro que perseguía su propia cola, ni siquiera era capaz de entenderse.

Tenía tan solo trece años, demasiado joven para los adultos y también para un adolescente de dieciséis, pero aun así estaba seguro de que era más maduro que sus dos hermanos juntos, aunque no se necesitará mucho para eso.

Haley tiro de las mantas, girando en el colchón una vez más, como si eso fuera a apagar el desastre de emociones que estaban viviendo despreocupadamente en su cabeza.

¡Él era un chico! Dios, solo no podía explicarse como estaba tan alterado por una persona de su mismo sexo, ¿eso era tan siquiera posible? Hasta ese momento no lo creía.

─Maldición...

Esa fue una noche larga, solo consiguió conciliar el sueño cuando los primeros rayos de luz interrumpieron en su habitación, una hora más tarde su madre entró para sacarlo de la cama. Su humor estaba por los suelos ahora, ¿es que nadie podía tener piedad con él?

Mientras se vestía pudo escuchar el escándalo en la casa vecina, el grito de una niña le erizo la piel, por instinto abrió la ventana a pesar de no llevar playera. La ventana frente a la suya estaba abierta y por ella se hizo presente el mismo chico de la noche anterior, pero junto a él iba una niña con el rostro lleno de lágrimas, Haley se preguntó si acaso estaba viendo mal.

─¡Hey!─Ambos levantaron la mirada, pero solo Gwen fue capaz de seguir mirando en su dirección ─¿Están bien? ¿Te caíste o algo?

La chica iba a responder, pero Finney fue más rápido, se apresuro a la ventana y sin decir nada la cerró.

─¿Qué diablos le pasa a ese chico?

El grito de su madre lo trajo nuevamente a la realidad, debía bajar a desayunar y luego ir con sus hermanos a hacer las compras, según palabras de su progenitora "Ella estaba criando hombres, no bestias que dependieran de una mujer para todo" Haley podía comprender que dijera eso de sus hermanos, ¿pero por qué él estaba en la misma bolsa?

Termino de acomodar su buzo rojo antes de bajar, justo al final de las escaleras se podía observar a Isaac poniéndose los zapatos y a mitad de la sala a Ayden observándose en el espejo.

─Hey, observar esto...─El hermano del medio hablo en un susurro,  Haley se apoyo en el barandal de la escalera para observar ─Escuche que si te observas mucho en el espejo sale una especie de fantasma extraño, dicen que se lleva a los niños a su sótano detrás del espejo, sobre todo a ...

Para ese instante Ayden había dejado de verse en el espejo y se encontraba observando en dirección a sus hermanos menores, su rostro reflejaba cierta preocupación que hizo querer a Haley reír.

─¿A los qué? ¿A los guapos? ¡Dios, solo dímelo!

Isaac observo a Haley y le sonrió, volviendo su atención al mayor, parecía estar a segundos de llorar.

─A los tarados.

Entonces la sala se lleno de risas y algunos gritos de parte de los mayores, ambos estaban golpeándose de forma torpe, al menos hasta que su madre apareció y se separaron, de solo recordar el dolor de sus frentes chocando podían detener cualquier conflicto.

El desayuno no duro mucho, los tres habían decidido recorrer un poco el pueblo y tal vez comer algo fuera, después de todo querían conocer a fondo la ciudad.

─Deja de joder, Ayden.─ Isaac caminaba junto a su hermano mayor, Haley iba detras de ambos, observando como se empujaban y discutían por una bobada nueva ─Ya te dije que caminar es mejor para conocer, puedes presumir tu chatarra luego.

El paseo culmino cuando llegaron a una tienda de paso, su nombre era extraño y los carteles estaban algo descoloridos, aún así los tres decidieron entrar y comprar algo de beber.

Al ingresar la campanilla provocó un sonido similar a un tintineo, Haley pensó que era anticuado, sin embargo no dijo nada.

Mientras sus hermanos compraban la bebida él se detuvo frente a una máquina de pinball, el récord que marcaba le pareció demasiado increíble para ser real, la persona que lo hubiese marcado de seguro pasaba gran parte de su tiempo en aquel lugar. Observo para ambos lados y luego busco en su bolsillo unas monedas, colocando las mismas en aquella máquina, se parecía mucho a la que estaba en su árcade favorito en California.

Sus dedos fueron a los botones laterales, entonces la pelota cayó y el juego comenzó, mientras jugaba la campanilla sono una vez más y en esa ocasión poco le importo el molesto ruido que provocaba, él no despego sus ojos de la pequeña bola de metal, perder no era algo que le gustará.

Al finalizar el juego su puntaje quedó tan solo un punto sobre el antes marcado, pero al voltear se encontró con algo no tan agradable, un chico rubio lo observaba con mala cara y él solo podía rezar internamente a pesar de ser ateo.

Intento rodearlo, pero aquel desconocido le impedía el paso, estuvieron así durante largos minutos, al menos hasta que aquel chico hablo primero.

─Esa maquina es algo así como mi esposa, si vas a marcar un número más alto no puedes solo irte, ¿me escuchaste idiota?

Vance dio un paso, Haley retrocedió, cuando intento encontrar a sus hermanos ellos lo miraban con diversión desde el otro lado del cristal, el par lo había abandonado en cuanto Vance Hopper piso la tienda.

─Escúchame...─ El pelinegro hizo uso de todo su esfuerzo para que la voz no se le rompiera, no quería sonar débil o acabaría siendo devorado por aquel tipo. ─Yo solo quería probar jugar, no es mi culpa haber marcado un punto más que tú.

Lo último que recordaba era un puño sobre su rostro y luego estar tan mareado como para caerse, despertó algunas horas después en su cama con un horrible golpe negro en su ojo.

Maldecía a Vance Hopper y a su lindo vecino por darle la peor bienvenida a un pueblo que él ni siquiera quería pisar.




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¡Hola! ¿Qué tal están?
Hoy es lunes y yo comienzo la semana con una actualización nueva, todo escrito de camino al trabajo porque no me quería dormir, pero bueno. Espero que su semana sea buena y que les sea leve.

~besos

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⏰ Última actualización: Jun 17 ⏰

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MIDNIGHT RAIN  Finney Blake Donde viven las historias. Descúbrelo ahora