2° Combina con Tus ojos y tu piel.

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¡Me postulo como alcalde de Karmaland!

¿Te postulas? Cómo puedes hacerme esto... Tu eres... Mi 100%...

Luzu
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Quackity despertó abruptamente, su respiración era irregular. Tuvo un extraño sueño, escuchaba la voz de sus compañeros pero no podía distinguir sus caras.
A la vez había sentido una mezcla de emociones entre tristeza, enojo y miedo. Cómo si algo le hubiese Sido arrebatado...

Sintió un peso el moverse a su lado, Luzu seguía dormido. Al parecer ha despertado muy temprano. Sonrió para si mismo suspirando relajándose un poco, los sueños no importaban sabiendo que tenía a su pareja siempre a su lado, nada de eso era real y con Luzu a su lado nada podría hacerle daño. Toco la cara de su mayor, quitando algunos de los cabellos que caían sobre su mirada, verlo dormir plácidamente le daba mucha paz, agachó para darle un pequeño beso en la frente.

Vio la luz de los primeros rayos del sol asomándose a través de las cortinas rojas. Se levantó de la cama para dirigirse al gran ventanal del cuarto y asomarse, tenía una bonita vista del pueblo. Podía ver parte de la plaza principal y algunas de las casas de los habitantes desde aquí. Suspiro tranquilo, cada día en el pueblo estaba lleno de tranquilidad y armonía. Cómo si recientemente se hubieran librado de un gran problema que los mantenía en miseria y resurgiendo después de una gran tormenta como un arcoiris.

Sin duda, la enfermedad de Luzu y Quackity fue una gran tragedia para los habitantes como les había explicado el chamán Sapo Peta.

En sus propias palabras había afirmado que Luzu se había postulado para alcalde de Karmaland después de que Quackity cayera enfermo, estaba muy débil y debía estar en cama siempre por lo que su mayor decidió hacerse cargo del pueblo en su lugar. Pero desgraciadamente para ambos Luzu también fue contagiado por lo que ambos tuvieron que ser sometidos a un tratamiento efectivo pero muy peligroso. Luzu salió ileso, con la memoria un poco borrosa pero con uno que otro vago recuerdo... Pero Quackity no corría con la misma suerte, no recordaba nada. Ni su llegada al pueblo ni las aventuras con sus compañeros de los cuales a duras penas recordaba sus nombres.

Sapo Peta menciono que ahora con ellos dos de vuelta todo en el pueblo volvería a la normalidad, pero no le dió una solución a Quackity en cuanto a su problema, simplemente un poco de descanso por unos días serian suficientes para que se sintiera mejor y que habían varias cosas que no eran tan importantes para recordar. Pero sentía que quizá... Solo quizá le estaba mintiendo, porque estaba seguro de que algo le hacía falta, algo muy importante, algo muy importante que debía recordar. Pero su mente era un agujero negro.

Si tan solo pudiera recordar un poco...

Vio a dos niños jugar a lo lejos, riendo y corriendo. Simulando dispararse con unas ramitas, su vista se mantuvo fija en ellos, sintiendo cierta familiaridad.

-¡Merlon vegetta! ¡Vamos mijo, hay que chingarnos a los asaltantes, Saca el fierro!

Y ahí estaba, otro destello de voces en su mente acompañado de un leve dolor. Toco su frente un poco y parpadeo intentando despejarse.

¿Quien era ese?

- Cariño, has despertado muy temprano hoy. - No pudo evitar ponerse tenso al sentir los fuertes brazos de su esposo rodeando sus caderas. Pero se relajo cuando sintió un beso en su mejilla. - ¿Es una linda mañana?

Quackity soltó una risita.- Muy linda, ya que tú estás aquí.- acaricio los fuertes brazos del mayor mientras seguía viendo a aquellos pequeños jugar.- Honey, ¿Conoces a alguien llamado Merlon Vegetta?

Disculpa Los Malos Pensamientos. 🍷Luckity (Si Eres Maximus No Es Luckity)🍷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora