¡Deja de robarte mis borradores!

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— ¡Joder, Dazai! ¡Deja de robar! —Gritó un pelirrojo en medio de la clase, llamando la atención de todos sus compañeros y profesor

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— ¡Joder, Dazai! ¡Deja de robar! —Gritó un pelirrojo en medio de la clase, llamando la atención de todos sus compañeros y profesor. Avergonzado, bajó la vista y le clavó una mirada asesina a la persona que se sentaba a su lado.

Último año de preparatoria y último mes. Demasiado bueno para ser verdad ¿cierto? Pues para Dazai Osamu no era así.

Lleva enamorado de su compañero de clases; Nakahara Chuuya, desde hace más de 2 años. Por culpa de su cobardía y miedo al rechazo nunca le ha declarado sus sentimientos, aunque si le ha lanzado una que otra indirecta, Chuuya nunca logra captarlas—o hace como que no las capta—.

Así que Dazai está algo agobiado, el se dijo «¡Este va a ser mi año! Me declararé a Chuuya» pero no fue así. Queda solo 1 mes para acabar las clases y aún no sabe si los sentimientos son mutuos.

La única manera para "ligar" o lanzar "indirectas" que se le había ocurrido era molestarle quitándole cosas. Y algo caro y molesto que te quiten son los borradores. Para el castaño, es realmente divertido ver cómo el pelirrojo se acaba de dar cuenta que le falta el borrador, cuando el recordaba que estaba en su estuche hace solo un momento. Pues realmente no es una buena manera para intentar gustarle a alguien, pero a Dazai parece gustarle.

Ya casi era la hora del recreo, así que Dazai se decidió ir con todo y preguntar una cosa que nunca había hecho por orgullo.

— Chuuya. —Dijo, llamando la atención del mencionado.

Chuuya se giró en su dirección, viéndolo con curiosidad—realmente estaba nervioso e intentando ocultar las ganas de hablar con el castaño—.

— ¿Pasó algo, Dazai? —Preguntó, intentando mantener una cara sería que transmitía indiferencia.

Dazai cogió aire y se armó de valor. Realmente le costará orgullo lo que está a punto de hacer.

— ¿Quieres... comer conmigo en el recreo, Chuuya? —Preguntó, porfín. Dazai se quedó mirando fijamente las orbes azules del más bajo, esperando impacientemente una respuesta—y esperando que sea positiva—.

Chuuya no respondió al instante, parece que se tomó su tiempo para pensar una buena respuesta.

— Está bien. —Dijo seriamente, comenzando a caminar por delante del castaño. Realmente el corazón de Chuuya estaba latiendo a mil quilómetros por hora, aunque el lo estaba disimulando con un semblante serio.

Por otra parte, Dazai se quedó en su sitio, viendo como el pelirrojo se dirigía a la salida más cercana para ir al recreo. El castaño cerró su puño y exclamó «¡Si!», llamando la atención de un azabache que pasaba por ahí. Apresurado por darse cuenta que Chuuya se estaba alejando demasiado, comenzó a correr por los pasillos para alcanzarlo.

 Apresurado por darse cuenta que Chuuya se estaba alejando demasiado, comenzó a correr por los pasillos para alcanzarlo

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¡Deja de robarte mis borradores! -Au escolar- (Soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora