Sumido en la congoja, Chanyeol busca consuelo en la iglesia. Un lugar donde refugiarse e intentar sobrellevar sus errores pasados; su alcoholismo y la pérdida de su esposa e hijo. Allí conocerá a Baekhyun, un joven que es un enigma para todos, apare...
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—¡Que alguien me traiga un café! —resonó el grito de algún trabajador por todo el piso.
—¡Espera un momento! —respondió otro en el mismo tono.
Chanyeol giró los ojos y soltó una risita mientras veía la pantalla de su computador sobre el escritorio, ocupada por diversos documentos.
La semana en el trabajo había sido agotadora debido a las grandes campañas en las que se hallaba involucrada la compañía, sobre todo con la construcción de la que él mismo estaba encargado y que pronto empezaría a ejecutarse en el transcurso de unas pocas semanas, por lo que debía asegurarse de que todo en sus planos se encontrase perfectamente. No podía permitirse el más mínimo error.
De igual forma, había perdido la costumbre de estar sometido al agitado trabajo que se veía normalmente en la oficina, más aún al ser uno de los arquitectos líderes y tener mayores responsabilidades encima que el resto de trabajadores. Chanyeol antiguamente había sido designado como jefe de su propio bloque de diseño, dedicado exactamente a construcciones gubernamentales, por lo que Jongin le había insistido en volver a tomar el cargo y hacerse cargo de aquel proyecto, mas Chanyeol le pidió unas semanas de prueba antes de decidirse y luego le informaría si aceptaba volver al puesto o seguir trabajando como un diseñador más, cosa que tampoco le molestaría.
Cerró la pestaña en la que había estado trabajando y se fijó en la fecha que señalaba la esquina de la pantalla. Habían pasado algunos días desde la visita de aquella mujer y de que él hubiese terminado en la iglesia, más concretamente en la habitación de Baekhyun. A penas se hubo despertado, se decidió por dejarle una nota al castaño con un breve agradecimiento y se marchó tal cual fugitivo, tratando de que nadie notara su presencia en iglesia, ya que hubiese terminado en una situación bastante comprometedora y difícil de explicar hasta para sí mismo, además de que probablemente hubiese terminado metiendo a Baekhyun en problemas, justo por culpa de los suyos propios. Desde entonces no había podido ver al castaño ya que este se había ausentado de las reuniones grupales durante el transcurso de la semana. Para su fortuna el trabajo había servido como una vía de escape a su constante inquietud, que él sabía no cesaría hasta que volviera a hablar con Baekhyun, lo cual esperaba fuese pronto.
De repente la puerta de su oficina fue tocada y la cabeza de Jongin se asomó por la puerta.
—¿Se puede? —preguntó su amigo a lo que Chanyeol asintió —Veo que estás trabajando mucho últimamente, deberías tomarte un descanso.
Jongin tomó asiento en la silla frente a él, mirándolo con una expresión preocupada.
—Me encuentro bien —respondió Chanyeol cerrando la laptop —Tan solo quiero terminar rápido con este proyecto.
—Claro —dijo Jongin dándole una mirada escéptica —Entiendo que no hayamos hablado mucho estos días por tus ocupaciones, pero aún sigues sin decirnos porqué estás tan ausente desde aquella mañana.
