𝐁𝐢𝐭𝐭𝐞𝐫𝐬𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐠𝐨𝐨𝐝𝐛𝐲𝐞

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𝑄𝑢𝑒𝑟𝑖𝑑𝑜 𝑡𝑢́:

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𝑄𝑢𝑒𝑟𝑖𝑑𝑜 𝑡𝑢́:

He tomado la decisión de hacer mi carta sin remitente. Supongo. Aunque realmente viene a ser algo tonto ya que seré yo quien comprenda a quién le estoy escribiendo; aún si no quiero tenerte a ti o a tu nombre dentro de mis recuerdos. Nunca he sido bueno redactando, así que incluso por mi parte viene siendo una cosa extraña el haber tomado la decisión de plasmar las palabras en tinta y papel, sin embargo, en el fondo creo que esto va de la mano con una creencia bastante estúpida que tengo, y es que ¿sabes? Definitivamente deshacerme de la carta suena más sencillo que arrancarme el corazón para dejar de sentir. Porque duele. Pensarte duele. Recordarte, llorarte, enojarme también y escribirte parece incluso igual de pesado que estar tallando las letras en madera; como si buscara que permanecieran.

Planeo deshacerme de ti. Hablando de manera metafórica, porque si debo ser honesto; matarte tampoco me dejaría cosas buenas que digamos, y esto va a ser lo más absurdo que escriba así que dejaré el tema hasta ahí porque de verdad soy un fracaso en esto. A lo que me refería es más que nada decir que, tal vez, escribiendo y sacándome el sentimiento del pecho pueda olvidar de una vez por todas aquello que sucedió. La historia. Esa historia. Nuestra historia.

Así que, iré desde el inicio.

Al momento en que te conocí, supe que eras una persona difícil de leer. Incomparable sería la palabra más adecuada para definirte; alguien que de tan sencillo que luce y actúa,  viene siendo imposible de analizar ante la perspectiva de una persona como yo que siempre busca certeza. Tus ojos nunca me dijeron nada, tu boca jamás pronunció alguna oración que me gritara un "yo", pero por alguna razón tus acciones lograban terminar grabándose como algo espectacular en mi libro de memorias; era como si destellaras tal cual existías y poco luego de eso entendí el motivo de estar pensando aquello. Descubrí que tu color favorito era el gris, que te gustaba beber té de limón y también, que sorprendentemente, la estación que más preferías en el año era la primavera. Tu silencio siempre me hablaba; pero luego de un tiempo éste dejó de hacerlo. Y en cambio, aquel que ahora buscaba conversar conmigo empezabas a ser tú. Entonces, tres pensamientos se formaron dentro de mi cabeza.

Probablemente seríamos amigos.
En otra posibilidad, tal vez amantes.
Pero definitivamente, no éramos un nada.

Vine a darme cuenta de la facilidad con la que yo lograba pintar sonrisas en tu persona, aún con el semblante tan serio y sereno que te caracterizaba; comencé a aprenderte, a comprender lo que hacías y lo que decías, ¿viene a ser justo decir que te pensaba? Porque así era. Poseías mis pensamientos y eras lo que más abarcaba durante mi tiempo libre; lo dudé un poco, me atrevo a decir que no quise creerlo por un propio tema moral que se acompañaba con lo que sería el miedo del "¿Y ahora qué va a pasar?".

Pero no estaba solo en esto. Me mirabas. Similar a lo que mencioné anteriormente, pero con el cambio abrupto a lo citado; tus ojos comenzaban a gritarme, las palabras procedieron a grabarse y con ello, la superstición de una emoción que al fin me golpeó fue lo que estableció el punto y seguido en lo que sería nuestra relación. Por lo tanto, mis tres pensamientos originales tomaron otro rumbo luego de volverlos a analizar.

Probablemente éramos amantes.
Manteniendo la posibilidad, quedaríamos como amigos.
Pero definitivamente no éramos
un nada.

Fue entonces cuando las cosas comenzaron a cambiar.

¿En verdad puedo definir eso como amor? Lo fue, tal vez, en algún momento logré que tal sentimiento destacable como bello viniera a albergarse en tu corazón. Quiero creerlo, a pesar de que en éstos momentos ya ni siquiera ansío mantenerlo. Cuando me di cuenta de que el amor comenzaba a ser unilateral estuve anticipando el sentimiento de lo que sería el instante en que tú me dejarás a mí; tu voz y las palabras que me decías parecían ir desvaneciéndose mientras más cerca estaba, porque tus oraciones se volvieron cortas y débiles mientras mi insistencia y cariño permanecían queriendo ser más fuertes.

Nuestro amor. Que ambiguo suena eso. Divertido de pensarlo y recordarlo, aún si deja un sabor demasiado agridulce tanto en mi paladar como en mi alma. Es frustrante, pero el amor estaba literalmente desbordándose de mis manos; y no pude sostenerlo, resbaló de entre mis dedos al punto en que lo único que sostuve eran los restos. Porque tu sonrisa se fue igual de fácil como cuando te la otorgué; te llevaste la mía contigo el día en que los pensamientos llenos de incertidumbre y disgusto acabaron siendo ciertos en vez de ser solo un mal criterio. En ésta ocasión, los pensamientos resonaron en mí por más tiempo; pero de nuevo con un cambio que ahora se quedó tatuado en mi cerebro.

Probablemente no seríamos nada.
En la vaga posibilidad, aún amigos.
Pero en definitiva, nunca como amantes.

Culpo a la ingenuidad de mi corazón por aferrarse a ti; por ansiar y anhelar un amor que solo de un lado triunfó. Quisiera detestarte, en verdad deseo poder odiarte, pero para mi mala suerte el corazón es un danzante que no para de bailar hasta que la canción deja de sonar; y la tuya sigue ahí, sonando, como una melodía que fastidia pero deleita por apaciguar lo que al mundo no le puedo gritar. Te dejaré de amar y por ende te podré olvidar. Pero para eso, primero tengo que sanar, ignorar que mi alma quiere a ti regresar y aceptar de una vez por todas que mi amor no tiene por qué pagar el dolor que tanto me hirió.

Escribo esto más para mí que para ti, así que es un adiós.
El punto final a la historia que el destino nunca escribió.

-𝑴𝒊𝒌𝒂𝒈𝒆 𝑹𝒆𝒐

⁽ᴸᵒᵛᵉʳˢ⁾ 𝐌𝐞𝐦𝐨𝐫𝐢𝐞𝐬⸺[NagiReo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora