-Pastel de carne para la abuela-

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Lilith vivía en un pequeño pueblo donde todo el mundo la conocía como Caperucita Roja, ya que siempre llevaba su característica caperuza roja. Un día su madre le pidió que le hiciera un recado, su abuela está muy enferma y necesita que Lilith le lleve una cesta con vino y un pastel de carne recién hecho, ¿Qué depredador la estará esperando pacientemente en el camino?

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Abrí mis ojos mientras los rayos de sol se colaban por la ventana de mi cuarto. El día estaba soleado y no se veía ni una sola nube en el cielo. ¿Qué me deparará este día?

Mi nombre es Lilith, tengo 14 años y vivo con mi madre en una casa de un pequeño pueblo, el cual tiene un bosque al lado. Mucha gente me describe como amable y atenta. Casi siempre llevo la misma ropa, un vestido rojo que llega por las rodillas con una capucha que viene con un bonito lacito, unas medias blancas como la nieve y unas merceditas negras. Una combinación un tanto extraña, pero la verdad es que me encanta.

Hoy es un día como cualquier otro, bajo las escaleras para saludar a mi madre, ¿qué podría desayunar hoy? Hay tantas opciones... ¡Ay va! Mi madre está hablando por el teléfono y se ve un poco preocupada... ¿Qué le sucede?

Baje lentamente las escaleras hasta posicionarme detrás de donde está, para intentar escuchar algo. Unos segundos después, mi madre colgó la llamada y se giró hacia mí con cara de que algo malo había pasado.

— ¿Qué sucede mama? — pregunte mientras me ponía a jugar nerviosamente con mi lacito.

Mi madre tardó unos segundos en responder, me estaba poniendo nerviosa... ella miraba con unos ojos que parecía que no tenía nada en su interior.

Al final soltó un suspiro.

— Lilith... tu abuela ha caído enferma y se encuentra terriblemente mal. Quiero llevarle esa cesta que está encima de la mesa, pero ya sabes que tengo que trabajar y no quiero que vayas tú, el cazador del pueblo ha avisado de que hay un lobo peligroso rondando por el bosque. — Pero, ¿cuántos años se cree que tengo? Un lobo no me va a hacer nada, solo hay que seguir el camino.

— Mamá no te preocupes, yo puedo entregar la cesta con las cosas — le dije, soy capaz de llevar esa cesta y la voy a llevar. — hablando de la cesta, ¿qué hay dentro?

Mi madre se acercó a la cesta y sacó una botella de vino y un pastel de carne, el cual tenía buena pinta. Rápidamente, me acerqué al pastel de carne, el olor era muy bueno, tremendas ganas de hincarle el diente daban. Mi madre suspiró y volvió a mirarme durante unos segundos.

— Está bien cariño, pero no te desvíes del camino ni llegues tarde, ¿de acuerdo? — Espera... ¡¿me va a dejar ir sola de verdad?! ¿Qué clase de sueño es este? ¿No estaré soñando verdad? Jamás me ha dejado ir sola a ningún sitio que esté tan lejos.

Comencé a dar saltos de alegría, acto seguido me despedí de mi madre y salí corriendo hasta el bosque. De camino algunas personas me saludaron y me preguntaron dónde iba. No les decía la verdad, no me dejarían ir a ese bosque sola.

Cuando llegué al bosque no podía con la emoción. ¡El camino era tan bonito! Está lleno de árboles, hierba verde, arbustos y flores de todos los colores, aunque ya falta poco para el otoño, el bosque se sigue viendo hermoso.

Seguí caminando por el bosque dando pequeños saltos mientras observaba todo a mi alrededor, de vez en cuando me encontraba un animal. El camino era algo largo, unas 2 horas, pero no tenía pérdida. A veces me pregunto qué hizo que la abuela viviera en medio del bosque.

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⏰ Última actualización: Dec 13, 2022 ⏰

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