No lo sabía.
No recordaba tampoco.
Mi apartamento se mantenía frio debido a falta de luz calida o siquiera movimiento.
Era mi día libre así que mi día estaba resumido en hacer nada más alla de ver series de mala calidad y comer absolutamente nada en todo él día más alla de golosinas a punto de caducar.
Por alguna razón me había despertado con ganas de recordar mi infancia, pero no podía, me encontraba nostálgica sin razón alguna y lo odiaba por que eso me ponía de mal humor.
En realidad si sabía porque quería recordar, mamá me había llamado ya algunas noches diciendo que porque no le había enviado su cheque mensual, lo había olvidado, me reclamó diciendo cosas también de cuando era pequeña que en mi mente no estan y por estoy así ahora.
"Cuando eras pequeña y decías que me amabas, me decías que me darías mucho dinero cuando fueras doctora"
En realidad ahora que había terminado mi carrera de medicina y tenía mi titulo también de Neonatología, una especialidad de dos años y trabajaba en una Hospital privado no había pensado en mi, en mi infancia desde hace años...
mamá me movió los recuerdos, si es que aún los tenía.
Miré las latas de cerveza y envolturas de golosinas y resoplé
Quería seguir comiendo golosinas y tomar cerveza barata antes de siquiera recibir la llamada del hospital y me felicidad acabara.
Le levanté tome la llaves del departamento, mi cartera y me puse mis converse en la puerta con los cordones a medió a amarrar y sali a pasillo para tomar el ascensor.
A veces me sentía observada o con miedo en ese edificio, y es que era muy raro lo que me transmitía.
Salí de mi edificio luego eso y doble en la esquina caminando unas cuadras hacía la izquierda.
Agradecía todos los dias que cerca de mi edificio había abierto de esos locales que estan abiertos las veinticuatro horas. Hacía frio pero no tanto como en mi departamento y mis joggers anchos y sudadera me daban calor.
Cuando llegué a la tienda, la señora china esa que siempre estaba tras el mostrador me saludo con un movimiento de cabeza y pasé de largo pars ver que porquería llevaba de su tienda.
Los pasillos tenían mala iluminación y no había gente tampoco, para mi suerte.
Me dirigí al área de bebidas y tome unas cuantas latas de cerveza y luego al área de de dulces de los cuales tome solo gomitas, pagué y salí.
No quería volver casa aún asi que me senté en la orilla de la acera, con una cerveza en mano y la bolsa con el resto de cosas a mi lado.
Me había convertido en mi padre, no puede ser.
No me preocupaba que me robaran asi fuera de noche, era un sector donde lo más interesante que pasaba era que los autos se saltaban las luz roja o que mi vecina con cien gatos se olvidará las llaves adentro de su apartamento.
Tampoco era la primera vez que me sentaba en esa orilla a tomar cervezas tal cual Vagabunda y tampoco tenía más de cinco dólares en mi cartera luego de gastar de cervezas y gomitas.
Literalmente eso es algo que haría mi padre, excepto lo de sentarse en la orilla de la acera al frente de una tienda de servicio a las once de la noche.
-Esa marca de cerveza es un asco, ¿por qué la tomas? -Dijieron a mi lado en tono
burlesco -¿Acaso no tienes dinero siquiera para comprarte una buena cerveza?Hijo de puta.
Me giré a verlo con él ceño fruncido.
A pesar de que era la segunda vez que lo veía, me seguía pareciendo guapo de manera exorbitante.
La primera vez lo que lo vi, él estaba drogado, estábamos justo como ahora, solo que él no esta drogado ahora.
-Cállate, yo hago lo que me da la gana con mi dinero, tu te compras drogas y yo cerveza barata.
Dije colocando la cerveza a mi lado ignorando que me él estaba mirando cada una de mis acciones como si fuese a descubrir oro en ellas.Arrugo un poco las cejas a modo de disgusto, no le gustó lo que dije.
Bien que me importaba si le gustaba lo que dije o no.
-solo fue ese día y fue porque tenía curiosidad, no lo volvería a hacer sin duda alguna. Aparto la mirada de mi para fijarla en la carretera.
De repente me pareció como un niño regañado
-bueno solo me defendía. Dije.
-lo sé.
Mi manos estaban frias y cada que soltaba un suspiro el baho de humo salía de mi boca.
-¿qué haces aquí de nuevo? Me preguntó devolviendo la mirada hacía mi.
-creo te parece obvio si ves la cervezas y la tienda atrás de mi, es más eso debería preguntarte yo a ti.
Su risa fue corta, al igual que su sonrisa y de como sus ojos se volvían más pequeños cuando reía.
Ahora la que apartaba la vista era yo.
-Estaba aburrido y por alguna razón quería verte de nuevo, no sé tu nombre aún.
-solo por eso...
Me pareció raro pero lo ignore.
-si. Dijo.
Me di cuenta de como estaba vestido, casi igual que la última vez, corbata, camisa planchada, zapatos a juego con su traje, pañuelo en su saco y dos abrigos formales encima, solo que hoy a diferencia de esa vez, en otro color, su cabello negro perfectamente peinado hacía atras y su rostro perfectamente afeitado.
-¿y como sabías que estaría aquí?
A menos que sea un maldito psicópata y me haya investigado o una mierda parecida y tenga gente vigilando me porque se obsesiono conmigo desde ese día.
-En realidad, vengo aquí desde ese día a ver si te veía de nuevo pero no te había visto, lamentablemente. Me sonrió, de nuevo.
Lo decía de lo más normal.
Creo que lo de la obsesión es una posibilidad.
-¿tan inolvidable soy? Comenté burlesca.
-Podría decirse de esa forma.
¿Que quería él? Dios, me tiene los nervios de punta.
-Maximiliano Hawk -me dijo, ofreciendo me su mano.
-Savanah Coldwell, dime hannah.
Tome su mano y la estreche.
Su mano, estaba calida, quizas eran sus abrigos caros que lo mantenían así.
-okey, Hannah -Mi nombre salió de forma lenta de sus labios, hacía años desde la última vez que alguien me llamó por ese apodo y me gustó tanto como sonó y ni siquiera por su pequeño acento obviamente extranjero si no por ser simplemente hecho de ser él. -te veo el próximo domingo aquí a la misma hora, supongo. Dijo jovial.
Se levantó, se quito uno de sus abrigos de forma animada y lo colocó sobre mi hombros, desde abajo se veía mucho más alto de lo normal creo.
Asintió en forma de despedida y se giró y camino por la calle hasta que dobló en una esquina y lo perdí de vista.
Su abrigo tenía un olor caro, todo en él se veía de esa forma.
Caro, organizado y hermoso.
(Perdón, por las faltas vuelvo y repito :D )