Final

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Se turnaron unas horas más tarde, una vez que llegaron a la frontera y finalmente a la isla de YangYang. Jeno manejó el resto del camino hacía la costa, aparentemente cada vez más emocionado con cada milla que pasaba (podría ser simplemente porque Jeno quería estar ahí, pero Jaemin sospechaba que tenía que ver aunque fuera por un poco el hecho de que de alguna manera en las pasadas pocas horas Jaemin había dejado escapar que nunca había visto el océano) y cuando aparcaron en la casa el cielo era un sol de colores con un azul medianoche oscureciendo en el horizonte, desde donde Jaemin podía oír el estruendo de las olas. La casa en la playa no era tan grande como la finca Lee en Busan, era solo un largo piso trazado en la parte superior de una duna, por encima de un garage y lo que Jaemin creía que era un conjunto de duchas de madera al aire libre, con un camino de arena alrededor. Había un camino que conducía a la puerta principal, y Jaemin ya se dirigía hacía el maletero para sacar su equipaje cuando Jeno lo detuvo con una mano en su brazo.

"Espera, espera unos minutos," dijo, y sus ojos reflejaban la puesta de sol en un brillo feliz al cuál Jaemin aún no se acostumbraba a ver en el rostro de Jeno.

"¿Porqué?" Jaemin preguntó, pero Jeno ya estaba girando y tirándolo con él, sin ni siquiera parar cuando pateó sus zapatos hacía el auto y así quedar descalzó para entrar en el camino. Jaemin, quien seguía con las botas atadas completamente y que definitivamente no eran para la playa pero que había considerado necesarias en la mañana, acercó su mano libre hacía Jeno para detenerlo y para que esperara, impaciente a que Jaemin desabroche sus botas y se saque los calcetines. Subió la parte inferior de sus jeans demasiado ajustados para que sus tobillos estuvieran desnudos ante la fría brisa costera, y luego giró sus ojos al impaciente Jeno, tomando la mano de él otra vez.

"Esta bien, vamos entonces," dijo, aún con toda la exasperación fingida no puede sacar la sonrisa de su cara al comenzar a tirar a Jaemin de nuevo, esta vez hacía una pequeña senda, bordeando por un lado de la casa hasta que llegaron a una pequeña subida, los dedos de los pies resbalaban deslizándose en la arena pero sus manos permanecían firmes.

El océano apareció a su vista de una sola vez, las olas blancas se rompían contra la oscura playa y era tan grande que Jaemin se detuvo en seco, tomando un gran trago de aire y simplemente observando. Parecía una tontería, ahora y a esta edad, sentirse impresionado ante su primera visión del océano. Después de todo lo había visto millones de veces en televisión y en películas y en internet. Pero nada podía haberlo preparado para el sentimiento de estar con nada más que agua y cielo frente a él, el sonido de las olas era suave y potente a la vez, ante el sentimiento de ser humillado por su propia pequeñez y la abrumadora hermosura del mundo.

Jaemin esperaba ser gentilmente molestado en ese momento por Jeno sobre ser tan deplorablemente poco viajado como para quedar mudo por unos pocos millones de galones de agua, pero quizás Jeno entendía el sentimiento porque no dijo ni una palabra. en vez de eso soltó la mano de Jaemin y se colocó detrás de él, enlazando los brazos sobre su cintura y recostando su mejilla contra el pelo de Jaemin mientras observaban juntos. Era lo más cerca que habían estado en todo el día, como si de alguna manera finalmente al llegar aquí habían soltado un poco más la vacilación entre ambos, y Jaemin finalmente pensó que podría felizmente quedarse aquí toda la noche mientras los brazos de Jeno siguieran alrededor de él.

Observaron hasta que el sol se puso, y la primera estrella dio su brillo de luz en el horizonte sobre el oscuro cielo y el mar.

"¿Quieres acercarte?" Jeno le susurró entonces, sus labios se arrastraron sobre la oreja de Jaemin como una pequeña caricia que envió escalofríos hacía la espalda de Jaemin haciendo el sonido de las olas más pesadas en la sangre de Jaemin. Piel de gallina se empezó a formar a lo largo de su piel, y por más que Jaemin quería acercarse, también quería estar más cerca de Jeno - ir dentro de la gran casa detrás de ellos y acurrucarse juntos y solo ser.

𝐔𝐍 𝐂𝐀𝐌𝐁𝐈𝐎 𝐄𝐍 𝐄𝐋 𝐂𝐋𝐈𝐌𝐀 - 𝐍𝐎𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora