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⚠️Advertencia...Bueno, esto ya lo saben, sigamos con el capítulo

El reloj digital al lado de su cómoda marcaba las 3 AM, una hora en la que comúnmente no debería estar despierta, pero como se trataba de sus vacaciones no le importaba en lo absoluto sobrepasar su horario de sueño.

Mientras perezosamente se acomodaba una de sus camisas de gran tamaño que utilizaba de pijama, miró por encima del hombro al hombre que le acompañó a casa esa noche, él estaba completamente exhausto por todo lo que habían hecho apenas un rato atrás.

Su cabello negro, que anteriormente había estado en una trenza, ahora deshecha en el transcurso de la noche.

Algo que encontraba adorable de él, era la forma en la que sus facciones nunca lograban suavizarse del todo, incluso ahora que debía estar en un pacífico suelo, tenía el ceño fruncido.

Era como ver a un gran oso de peluche en su cama.

Le gustaban los chicos grandes, había algo en ellos y la forma tan peligrosa con la que encendían fácilmente la llama de su interior.

Era imposible evitarlo, simplemente le era difícil contenerse cada vez que una gran figura se posaba sobre su cuerpo y sus dedos trazaban el contorno de esos músculos marcados y venas que llegaban a marcarse en la superficie de la piel.

No podían culparla por salir de vez en cuando a buscar un poco de diversión con algún chico grande que encontraba en su club de confianza, justo como lo había hecho esa noche de sábado.

Aunque su contextura atlética le permitió ser duro con ella, a tal punto que estaba segura de que había dejado marcas en su cuerpo, su resistencia no parecía ser la mejor de todas.

No podía quejarse, los orgasmos que le dio, así como su habilidad con los dedos, valieron completamente la pena. Había estado tan agitada que se había visto obligada a esperar un rato para levantarse, no quería arriesgarse a caer por sus piernas temblorosas.

En ese momento aprovechó para contemplar a su acompañante, sus manos fueron por si solas hasta encontrarse con el rostro del hombre. Bajo el toque de la mujer, el pelinegro dejó salir un gruñido, su ojo apenas había sido abierto para mirar a la (c/c).

- ¿Te sientes bien?- Preguntó ella con curiosidad.

Él respondió con un gruñido, hundiendo más su rostro en las almohadas.

- Tengo sueño.- Se quejó.

Ella, por otro lado, dejó salir una risita, quien diría que después del sexo, ese chico tan brusco era como un gato perezoso.

- ¿Quieres que te traiga agua o algo de la cocina?- Ofreció con amabilidad, recibiendo otro gruñido de su acompañante.- Tomaré eso como un no.

El joven hombre en la cama sintió el movimiento de cambio de peso en el colchón, para asegurarse de que la chica se había ido movió su cabeza ligeramente. Lo único que vio de ella antes de que saliera de la habitación era su trasero apenas cubierto por una camisa de gran tamaño.

Una excelente vista, si se lo preguntaban.

Mochi no era un gran entusiasta de acompañar a Madarame en sus planes de fin de semana, pero estaba más que agradecido con él por haber sido tan insistente en esa ocasión, después de todo, de no haber sido por él, no habría conocido a esa chica de cabello (c/c) en la barra del club.

Cuándo habló con ella no se esperaba que ambos terminarían en la casa de ella, compartiendo besos y caricias tan bruscos y al mismo tiempo excitantes.

A Big Heart [Tokyo Revengers x Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora