Capitulo 6

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Unas semas después

Estamos en la playa frente a la casa de Gavi.

—Cami busca agua plis—Pidio Jere.

—Ya lo busco—Sonreí y me fui adentro de la casa.

Antes de entrar a la cocina, escuché a Gavi hablando por teléfono.

—Yo no voy a hacer eso papá, antes muerto que irme, aquí está todo lo que quiero, no me hagas esto.

—Esta bien, yo te avisó.

Corto la llamada.

Entre a la cocina y mire a Gavi a los ojos, esas lamparitas marrones que tanto me gustaban estaban cristalizados.
Me acerque a el quedando a pocos sentimetros, ninguno de los dos soltó ninguna palabra, extendí mís brazos y Gavi me abrazó por la cintura, llorando. No sabía que sucedía pero no me gustaba verlo así.

—¿Que sucede Pablo?—Pregunte preocupada.

—Mis padres, perdieron la casa de Barcelona y quieren que vuelva a Sevilla con ellos, no quiero dejar todo lo que tengo aquí Camila—Dijo llorando.

—Tranquilo—Me separé para ver sus ojos penetrar con los míos.

—Camila no puedo hacer esto—Solto.

—¿Que?—Pregunte sin entender.

—Pretender ser solo amigos, pienso en ti todo el tiempo, quiero volver a lo de antes, no me olvidé nunca de nosotros, ¿me dirás que no sientes lo mismo?—Pregunto serio.

—Claro que lo siento Gavi—Acepte.

—Entonces solo hagámonos mierda como la primera vez, rompe mi corazón si quieres, por estar un momento a tu lado, doy cualquier cosa—Me quedé callada sin decir nada—A la mierda Jeremías, a la mierda Elena, seamos solo nosotros dos, déjame saber que siente tu corazón.

Sus palabras salieron tan sinceras que no pude pensar en nada más, que sentir sus labios contra los míos, sintiendo todo eso que él y solo el podía lograr con solo mirarme, quería sentir de nuevo, sentirlo a el. Volver al sentimiento de amor, las mariposas dentro de mí estómago cuando estaba a mí lado, lo quería a él, necesitaba que él este conmigo.

El tomo mí rostro entre sus manos e hizo suaves caricias en mis mejillas con su dedo pulgar.

—Dejame saber que sientes cariño—Susurro.

Lo tome de la nuca juntando mis labios con los suyos, en un beso suave y duradero que me hizo decidir que no podíamos seguir matándonos de esta forma. La forma en la que todo ser humano puede ser destruida en muy pocos segundos, sentir amor, esa era la forma más fácil de lograr que dos personas se derrumben cómo las torres gemelas ese 11 de septiembre, cómo los ojos de cualquier ser humano viendo a su otra mitad siendo feliz con otra persona.

—Te amo Camila—Se separó del beso para mirarme a los ojos.

—Yo tambien te amo Pablo—Sonreímos para nuevamente juntar nuestros labios.

Salimos tomados de la mano, ante todas las sonrisas y miradas de todos dijimos:

—Sueño hecho realidad—Dijo Gavi levantando nuestras manos entre lazadas ante todos.

Todos aplaudieron.

Gavi y yo nos miramos fijamente y estampamos nuestros labios en un cálido beso, ante los aplausos y festejos de nuestra familia, si, estas personas ya no eran amigos, son nuestra familia que formamos con tanto cariño.

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...

Y aquí me despido, contándoles mí historia de amor, para todas aquellas personas a las que les cuesta creer que el amor si existe, este es un ejemplo de lo mucho que dos personas pueden llegar a amarce, solo dos personas y dos corazones, nada más necesario para sentir eso que a todos nos cuesta conseguir.
Termino feliz, asegurando que nada me es necesario después de encontrarlo. A el, a mí futbolista, mí amor, el chico de mis sueños.

Muchas gracias por leer esta historia.










Sin el nada es posible-Pablo GaviraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora