🍃 ━ Capítulo 1: »¡Luego!»

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Luego

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Luego. Una simple palabra, una expresión. A percepción de cualquier persona podría no tener importancia alguna, porque la verdad, creo que nadie más que yo le presta atención a las palabras, pero es que no he podido evitar hacerlo, con un padre profesor de literatura y una madre aficionada a la filosofía, crecer entre libros y más libros no ha sido más que un gusto bien adquirido y desarrollado con los años.

Mi padre siempre dijo que todos tenemos algo característico, un saludo, un sonido, un gesto. Algo que hace única nuestra presencia, y creo saber que la marca personal de Nayeon era aquella. Al menos, es el primer recuerdo suyo que tengo al cerrar los ojos y pensar en la Italia de ese año.

Cuando empacamos nuestras cosas y partimos rumbo hacia nuestra casa veraniega en la costa, solo pude sentir ese piquete en las palmas y las plantas de los pies que iba acrecentando a medida que el paisaje se hacía más y más verde a través de las ventanillas bajas del auto. El corazón me dio un vuelco de satisfacción cuando mis pies cubiertos por unas sandalias pisaron el sendero de la entrada y mis pulmones se llenaron de ese olor a lluvia y eneldo que tanto me encantaba desde que era una niña. En ese mismo momento, mis padres me encargaron subir a arreglar mi habitación, apenas era mediodía y siquiera habíamos planeado el almuerzo, pero sabían que seguramente la polvareda allí arriba era un tanto bastante grave.

Resoplando, moví mi cuerpo lánguido y cansado por las escaleras de caracol hasta el segundo piso, y me llevé una gran sorpresa al encontrar la cama recién hecha y el parqué lustrado. Eso solo podía ser obra de Chiara o Emma, quiénes habían sido avisadas de nuestra llegada y seguramente habían estado arreglando la casa desde hacía horas. Cuando las viera, iba a agradecerles, pero antes tenía que cumplir las órdenes de mi madre y revisar las demás habitaciones.

Al principio, tal vez por la emoción del viaje, no comprendí la necesidad de hacerlo tan rápido, hasta que tras pasar un par de minutos mi mente se iluminó y recordé lo que hacíamos allí, además de pasar unas vacaciones familiares. El huésped llegaría al atardecer de ese día y mis padres como perfectos anfitriones querían comenzar las labores desde temprano.

Acoger huéspedes durante el verano era la forma que tenían mis padres de ayudar a profesores universitarios jóvenes a verificar sus manuscritos antes de publicarlos, además de brindarle una mano a las investigaciones tan minuciosas de mi padre. Desde hacía ya diez años, durante seis semanas, tenía que mudarme a otro cuarto un poco más pequeño que antes le había pertenecido a mi abuelo y despejar mi habitación para el recién llegado. Y podría decirse que ya nos habíamos acostumbrado, tanto que incluso los recibíamos como si fuesen un miembro más de la familia. Algunos, incluso, llegaban a pasarse por aquí en Navidad o enviaban cartas y regalos durante el año con la promesa de que alguna vez volverían a la vieja casa de campo que les traía tantos buenos momentos a la memoria.

❝𝑺𝑬𝑽𝑬𝑵𝑻𝑬𝑬𝑵❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora