«Se trata de ti»

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Salió de la casa tan pronto como pudo saltando desde la terraza hasta la cima de una de las suaves lomas que rodeaban el lugar; por la emoción no se dio cuenta de lo enorme que había sido ese salto y lo dejó pensando un poco con una gotita de sudor en su frente, preguntándose si tendría que acostumbrarse a despertar con alguna habilidad nueva. Sacudió la cabeza tratando de olvidarse de ese asunto y continuó con más calma, yendo a donde suponía que debería de estar su equipo y los demás.

Al llegar no vio a nadie, y en lo que se ponía a curiosear buscando alguna señal, una de las tablas bajo su pie hizo ruido.

—¡Ah!

—¿Quién anda ahí? —Se escuchó la voz de Sarada y ella salió poniéndose en guardia rápidamente.

—¡Alto! Alto, soy yo —decía él poniendo sus manos al frente. La pelinegra bajó la defensa y se relajó, cerrando los ojos por un segundo.

—Perdón, no me di cuenta cuando llegaste. —Boruto la observó con más detalle—. ¿Qué pasa?

—Sarada ¿estabas dormida?

—¡Solo tomaba un descanso! —Reaccionó enseguida tratando de disfrazar la pena y el sonrojo con su temperamento—. Yo siempre estoy alerta, y es solo una casualidad que haya decidido tomar uno justo ahora que viniste. —Se cruzó de brazos.

—Creí que Mitsuki era el que tomaba la guardia en la noche...¿y dónde están Sumire o Katasuke?

—Mitsuki tuvo que ir a atender algo, pero prometió volver rápido y los demás siguen averiguando cómo evitar que Delta se siga activando sola —suspiró meneando la cabeza en cansancio por ese problema, alzó de nuevo su mirada a Boruto—. A todo esto, ¿qué ocurre? ¿Sucedió algo con el maestro Konohamaru?

—No, pero se desmayó hace poco cuando bajó a la sala y sigue así.

—Oh. —Comprendió a lo que se refería.

—En cuanto a tu primera pregunta, vine a verte.

—¿Huh? —La Uchiha se sorprendió por un momento, pero contuvo la calma de inmediato tratando de no malinterpretar nada. Se acomodó los lentes—. Digo, claro. ¿Vienes a informarme de algún problema?

—No es sobre la misión, en verdad quería verte un rato. —dijo mientras caminaba hasta la orilla de la pequeña base.

—¿¡Eh?! —Su rubor ahora sí se extendió ampliamente sin poder frenarlo. Siguió a Boruto con la mirada y al verlo tan tranquilo hizo un puchero, a veces pensaba que lo hacía a propósito—. ¿Y bien? —Fue también allá hasta quedarse de pie a su lado en la baranda. Al frente de los dos se apreciaba a la distancia la lujosa casa, dándole un detalle pintoresco al paisaje.

—Pronto terminará el año y tendremos que pasar todos estos días aquí, ¿ese pensamiento me hace ser infantil?

—Pues... —Su rostro se suavizó—. Supongo que yo habría querido estar con mi mamá, en una feria las dos, viéndola hacer volar el mazo en un juego de fuerza —respondió mientras sentía el frío viento en su cabello—, en el fondo me gustaría que las cosas fueran diferentes pero también tengo que acostumbrarme, después de todo seré Hokage algún día. Ella lo entenderá.

—Sí...comprendo.

—¿Ocurre algo?

—No y sí a la vez. —Su cabello igualmente se movía con la dulce brisa, tenía sus brazos recargados en la baranda—. No se lo he dicho a nadie, pero desde que salí de casa antes de que me asignaran a esta misión me ha perseguido el presentimiento de que algo va a pasar.

—¿Cómo puedes estar tan seguro? ¿Has visto algo? —preguntó preocupándose por la respuesta.

Boruto sonrió suavemente mientras varios sentimientos mezclados lo recorrían, obviamente no era capaz aún de decirle sobre las visiones o las observaciones que Momoshiki tenía desde su mente.

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⏰ Última actualización: Jan 04, 2023 ⏰

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