Castígame - [Jenlisa]

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AVISO;

— Habrá contenido [+18 — G!P]
— Leve BDSM
— Lenguaje soez

•••

Allí estaba Lisa, caminando de un lado para otro, gruñendo y con el ceño fruncido, inhalando aire como loca. Estaba molesta, joder, estaba realmente furiosa. Mientras que Jennie yacía en un sillón como una niña pequeña siendo reprendida, solo la miraba mordiéndose el labio inferior, le encantaba ver a su novia en ese estado, le parecía sexy.

—¡¿Que sucede contigo?! —gritó la rubia, cerca del rostro de la más baja.— ¡Te he dicho muchísimas veces que no hagas eso! —apretó sus puños y volvió a gruñir.

Jennie estaba siendo muy desobediente ese mismo mes, pero lo hace a propósito, le divierte, quiere hacer enojar a Lisa, quiere ser castigada. Gran parte de la relación de esas dos se basa solo en sexo, pero en todo el mes, la pelinaranja estuvo algo, muy distanciada de su mayor. O bueno, no en todas las ocasiones.

Manoban ha estado ocupada con el trabajo, tenía reuniones, le mandaban a hacer circulares, y reportes de todo lo que pasaba en la empresa, algo agobiante, y claramente cansado. Pero también, descuidó sexualmente a su novia, por lo que no lo hicieron en mucho tiempo, algo que no le gustaba para nada a Jennie. Por eso la pelinaranja castiga a su a su pareja. Con la esperanza que esta la reprenda, y le de una buena ronda de sexo.

¿Y como la castiga? En el trabajo Jennie le envía unas fotos obscenas y provocativas de ella, cuando Lisa llega a casa, la menor hace lo posible para excitarla, pero después, ella simplemente la ignora, se dirige a su habitación y se encierra en esta, dejando a la pobre Manoban con una erección entre sus piernas, y su carita roja.

Por eso Lisa ha estado enojada todos estos días, primero su trabajo estresante y ahora su novia incitadora, no podía creerlo.

—Dios, solo fue una foto... —habló la pelinaranja mirando al suelo, una descarada sonrisa se formó en sus labios, sabía a dónde llegaría esto.

—Oh, una foto. Ujúm, una foto... —hizo una pausa para "tranquilizarse" levemente, pero sus humos de enojo no se irían tan fácil, obviamente.— ¡¿Una maldita foto?! Jennie, mi jefe estaba allí, y peor, toda esta semana no había hecho ni mierda por tu culpa. —exclamó la ella.— Si me pillaba viendo una de tus fotos en lencería, me hubiera despedido enseguida, ¿En que demonios estabas pensando?

La menor se paró del sillón, y se acercó a Lisa, puso sus brazos alrededor de su cuello e inició un beso fogoso. A la mayor se le bajó un poco la ira al sentir los labios de su novia contra los suyos, era una sensación increíblemente excitante. La pelinaranja se separó de ella con una sonrisa y mirada lujuriosas, y comenzó a caminar con dirección a su cuarto.

—Perdóname, de verdad, cariño. Buenas noches amor. —dijo Jennie apunto de subir las escaleras, pero Lisa se lo impidió.

—¿Buenas noches? —repitió la contraria, esta la jaló del brazo y la estampó contra la pared, dejando a la pelinaranja perpleja.— ¿Crees que me vas a dejar con las ganas otra vez, Jennie? —la mayor se acercó a su novia, a pocos centímetros de su rostro, a la vez acariciaba su cintura, de forma algo brusca.

—¿Y qué? ¿Algún problema? —respondió, mala idea.

Lisa ya harta, volteó a Jennie, quedando su pecho contra la blanca y fría pared, y su culo expuesto, con su mano izquierda sostuvo su cadera y la otra le dio una nalgada. Jennie no pudo evitar gritar, su novia no acostumbra a hacer eso, y menos tan fuerte.

—¿Cómo me contestaste? —le dió otra nalgada, la menor gimió ante el roce de la contraria, era un dolor placentero. ¿Estaba logrando su objetivo, acaso?

Blackpink; OneShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora