Spinel está teniendo serios problemas de depresión post-guerra. Un simpático cuarteto de espinelas llegarán para alegrar su vida. ¿Realmente su depresión es por la guerra, o quizá es por una decepción amorosa? ¿Resultará en un triángulo amoroso?
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Spinel despertó, abrió los ojos asustada. Rápidamente se enderezó y se sentó en la camilla de lectura y giró la cabeza hacia los lados buscando a Spinel-IA la cual ya no estaba. Spinel estaba decepcionada de lo ocurrido, había intentado todo lo que pudo por Spinel-IA, hacerla entender que entre ambas nada iba a continuar. Spinel bajó la cabeza, en símbolo de rendición. Cerró los ojos y dio un suspiro.
Finalmente decidió dejar que todo siguiera su curso. Abrió los ojos y se levantó de la camilla. Decidida, apagó la máquina, puso todo en su lugar, apagó los generadores del salón y salió de mismo.
En la puerta de salida, Spinel tenía en frente un pasillo en horizontal a ella y justo por en medio, otro perpendicular, que daba más adelante a un segundo pasillo en horizontal. Spinel se detuvo, miró a su alrededor, como si buscara a qué dirección de todos los pasillos se fue Spinel-IA. Sin moverse de donde estaba, giraba sus ojos en su búsqueda y decisión de a dónde caminar.
Frente a ella, el segundo pasillo en horizontal, ocultaba en una de sus paredes, a Spinel-IA. Espaldas a la pared, semi encorvada. Con enormes ojeras oscuras en sus ojos, lloraba descontroladamente, pero, en silencio, sin querer alertar a Spinel. Giró sus ojos, esperando oír el siguiente movimiento de Spinel.
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Spinel volvió a dar un suspiro de decepción bajando un poco la cabeza, y decidió elegir el camino hacia su derecha, el cual daba al segundo piso, varios pasillos adelante. Spinel-IA, oyó los pasos de Spinel alejándose, resaltó aterrada, se asomó por la cornisa del pasillo, y vio que Spinel se había ido.
De la rabia, quiso fruncir el ceño, pero la tristeza masiva no la dejaba, sólo dejó salir por montón las lágrimas, y rápidamente se volvió a recargar en la pared dejando salir toda su frustración, rabia y tristeza en el llanto. No podía creer que su amada Spinel decidió no seguirla. De alguna forma, Spinel-IA deseaba que Spinel siguiera siendo insistente con ella, pero, al parecer, Spinel decidió rendirse.
Spinel-IA sólo comenzó a gemir de dolor, llevándose las manos a su gema. No paraba de llorar. Su llanto y gemidos progresivamente fueron cambiando de lamentaciones a rabia y desesperación. Abrió sus ojos, acelerada y con fuerza se talló las lágrimas de sus ojos, miró frunciendo el ceño hacia el pasillo por donde se fue Spinel, y caminó hacia él.
Mientras tanto, en el salón principal se encontraban el trio de espinelas molestas frente a Blanquerla. Spinel-E era quién protegía a sus amigas al estar al frente discutiendo con Blanquerla.
— Vamos Blanquerla... Déjanos ir al portal ¡Debemos hablar con Peeps! — Decía Spinel-E molesta y algo exaltada cuando fue interrumpida por Blanquerla.
— A ustedes les encanta meterse en problemas ¿no? Ya dejen de molestar a Peeps y a mi Spinel. ¡A ustedes no les incumbe su vida personal! Además ¡tienen suerte de que no le avise a mi Diamante del pésimo trabajo que han estado haciendo! —
— ¿Pésimo trabajo? ¿Contigo intentando separarnos de Spinel cada 2 por 3 desde que llegó Peeps? Por algo será ¿no? ¡Te escuchamos admitirlo! — Respondió retánte Spinel-E
