"57"

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Narra Fabián Hoffman

No había rastro de ella. Una semana, una maldita semana, y la angustia me iba carcomiendo paso a paso. 

Tire todo lo que estaba sobre la mesa y grité, ya no podía soportarlo. Me sentía inútil y débil, sin ella, todo me estaba saliendo mal.

Mire una de las pruebas de embarazo que tenía en mi mano. La apreté, no me imaginaba lo aterrada debía de estar en quién sabe dónde, y más pensando en la vida que llevaba dentro.

—Hora de irnos

Asentí

[...]

Eran las 02:00 am y estaba en Vancouver, frente a la puerta de la casa de mis padres. Con un nudo en la garganta saqué mi copia de la llave y abrí la puerta. Le dí una última mirada a Colton y solo asintió con sus manos entrelazadas detrás suyo.

Entré de lleno en la casa y enseguida una extraña sensación me invadió, sentía tranquilidad al estar en mi casa, pero también me sentía culpable al no estar aquí con Grecia.

Llegué a la sala y encendí la luz. Todo seguía igual, había una foto mía sobre una mesa.

Oí pasos y me giré, la ví...

Mi madre me observó de arriba abajo y retrocedió un paso. Levanté las manos en su dirección

—Soy yo

Soltó un chillido y cubrió su boca con sus manos, sus ojos se llenaron de lágrimas y recordé cuando viví esto con Grecia. Solo quería que no creyera que estaba loca. Solo podía pensar en que me ayudarían a encontrar a mi esposa rápido.

—Soy yo, Fabián

Ella bajó las escaleras finalmente y se quedó en el inicio de estas, mirándome

—Fabián... —susurró volviendo a escanear mi cuerpo con su mirada —Yo...

—Está bien mamá —en unos tres pasos me acerqué a ella y la abracé

Y pude comprender como me hacía falta un abrazo de mi madre, esos brazos que desde niño me decían que todo estaría bien. Y eso quería escuchar, no, eso quería oír. 

—Como...no...es que...

—Todo..todo fue una mentira mamá

Ella tomó mi rostro entre sus manos y sonrío, un brillo le llegó de nuevo.

—Mi hijo... Mi bebé —me volvió a abrazar y esta vez aún más fuerte —¡Josef! ¡Josef!

Comenzó a gritar sin soltarme

—¡Josef! ¡Ven rápido!

Oí como venían pasos apresurados por la escalera y, aún sin notar mi presencia, llegó hasta nosotros

—¡Nuestro hijo! ¡Está vivo!

Mi papá me miró y sonrió, pero no se me acercó

—Pero... ¿Cómo es posible? —me rodeó

[...]

—No lo puedo creer —habló mi papá —¡Cómo es posible que nos hiciste esto Fabián! —grito verdaderamente enojado

No tenía cara, no imaginé la magnitud del dolor que les causé. Pero ahora estaba sufriendo las consecuencias

—Josef... —mi mamá lo miró —No es el momento, más adelante nos dirá todo con detalle

—¿No estás molesta? —la mire con los ojos humedecidos

Negó

—Cariño... Nada se compara con esto —me miró —Creí haber perdido un hijo... —secó sus lágrimas —Pero... —su voz se quebró y me abrazo

Una Vida a tu Lado [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora