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A Jungkook le gustaban los paseos al exterior del hospital. Eran los únicos momentos donde no se aburría mirando la pared, bañado por pensamientos negativos que le provocaban comezón en el cuerpo. Asumía que cualquiera se sentiría enfermo encerrado en un cuarto vacío, y aunque entendía el motivo por el cual no tenía nada para distraerse, no dejaba de sentirse terrible.

Los paseos afuera eran supervisados por su enfermero, éste lo acompañaba y guiaba del brazo. Nunca dejaba su lado, también soltaba pequeños comentarios para iniciar una conversación que se extendía hasta que caía el sol y tenían que volver para encerrarlo. Le recordaba a una de esas historias que escuchaba de niño, cuando la princesa tenía que volver antes de que se acabara el tiempo, rompiendo la ilusión de todo lo construido.

Lamentablemente, cuando llovía no podía salir, esos eran días difíciles donde tenía que soportar el ver paredes prístinas y personas que parecían haber perdido la cabeza. Siempre se topaba con los chicos que aseguraban que el fin de los tiempos se acercaba, ellos hacían varios cálculos matemáticos para llegar a una fecha que no tenían clara. Consideraba que dentro de todo, eran inteligentes, él no sabía cómo podían hacer que tantos números y signos tuvieran sentido.

Era día martes, le dejaron salir desde temprano al patio, ya que había salido el sol y se estaba comportando mejor, no tan "grosero" como en un principio. Eso sí, lo tenían bien vigilado a través de Jimin y las cámaras de su cuarto, comentaron algo de que era demasiado inestable, y la sensación de deshumanización estaba más latente que nunca.

— ¿Qué piensas tanto? — Jimin a su lado le guiaba del brazo a través del cuidado jardín que había sido regado por el rocío de cada mañana. Gotitas de agua brillaban en la punta de cada hoja iluminada por los rayos del sol, era un espectáculo magnífico.

— Siento que no soy humano. — Admitió mientras estiraba su mano disponible. Arrancó una pequeña hoja seca de un arbusto, hacía eso muy a menudo, únicamente para tener algo que hacer, aparte de sentir el cálido cuerpo de Jimin junto a él.

— Bueno, yo a veces me siento como un robot, trabajo mucho y no tengo tanto tiempo para mí.

— ¿Te aburres conmigo?

— Claro que no, eres la parte buena de mi día.

Jungkook le miró de soslayo, sintiendo que algo dentro de él se incendiaba. Lo que partió como una pequeña llama de atracción, era ahora un incendio incontrolable. Dejaría que el fuego le consumiera y le hiciera polvo, lo importante era sentir algo más aparte de la constante tristeza que pesaba en su corazón.

— ¿Está bien decirle eso a un paciente? — Jungkook quería ser especial, quería que le dijera que lo era.

Tenía el cabello amarrado para evitar que se le fuera al rostro, una enfermera de avanzada edad le comentó en una ocasión lo guapo que se veía y el como sus mejillas habían adquirido un poco más de carnosidad, haciéndolo lucir mucho más saludable que cuando recién llegó. Eso provocó que resurgieran las esperanzas.

— ¿Debería ser malo?

Jungkook le miró tardándose un minuto en decir algo. Se podían escuchar los pájaros que anidaron en los árboles, el roce de las hojas de los arbustos y alguno que otro automóvil que pasaba lejos. Captó todas esas cosas, así como la respiración de Jimin y el como sus bonitos ojos escondían tantos secretos.

— Me haces sentir cosas. — Finalmente contestó sin cortar el contacto visual. Él quería ver el tipo de expresión que haría cuando lo escuchara, y lo vio bajar la guardia. Fue un movimiento imperceptible, un ligero titubeo en su sonrisa. Se delataba a pesar de lo acostumbrado que debía de estar a los pacientes atrevidos.

SENTIDO DE LA REALIDAD  病院 KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora