Parte 1

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Otro día más teniendo que enfrentar mi realidad, todos los ángeles y los santos se burlan de mí. Dios no se ha dignado a ayudarme (o por lo menos es lo que creo yo) despierto abro los ojos. Soy el único ángel al que nadie le reza, del que nadie sabe y ninguna persona le importa. Salgo de mi casa dispuesta a visitar a mi padre, él es un demonio por lo cual vive en el infierno. Único lugar donde soy bienvenida siempre y cuando no vaya vestido de blanco. Debido a que soy mitad ángel mitad demonio si se me permite cruzar al infierno. En cambio si algún ángel desea pasar al infierno o un demonio al cielo se le destierra y no se sabe más de él como es el caso de mi madre. Entro al infierno, los guardianes tanto del purgatorio como del infierno saben quién soy, me dejan pasar. Son las únicas criaturas angelicales que me respetan o por lo menos yo no sé qué andarán diciendo por ahí de mí. Aun así no me importa me han dicho de todo no hay nada que ya no pueda ignorar. Paso como de costumbre y entro a la casa de mi padre. Se preguntaran porque si mi padre vive en el infierno y me maltratan en el cielo por que no vivo con él. Les contare, los demonios del infierno no son precisamente gente agradable. Serán muy buenos conmigo pero una vez que dejas de hablar con ellos porque te vas a otra parte te hacen sentir culpables, en el cielo los ángeles no me aceptan como ellos ya que tengo cuernos, ese es su único problema. Aun así soy feliz viendo a mi padre muy seguido y teniendo una vida casi normal como un ángel. el estar con mi padre me es confortante yo lo quiero bastante y disfruto estar con él, sus amigos y vecinos son muy buenos conmigo, lástima que como les digo cuando te vas y ya no estas con ellos uno se siente culpable. Hay más de mi "especie" pero tienen el privilegio de no tener cuerno si no que su parte demonio es sacar las plumas de sus alas un poco más oscuras o piernas de sátiro. Yo en cambio el tener estos escamosos cuernos hace que los demás ángeles me excluyan. Rara vez hablo con alguno de ellos, excepto mi único amigo Arthur, él también es hijo de un ángel y un demonio pero él no tiene cuernos tiene las plumas de sus alas más oscuras. Aun así cuando era pequeña no tenía estas cosas. Salieron cuando cumplí un siglo y los humanos solo te pueden rezar a partir de tus 2 siglos y nunca nadie me ha rezado. yo conocí a Arthur ya que el veía que no me juntaba con nadie y empezamos a hablar. Es con quien vivo y la única persona con la que hablo. Era 3 de octubre día de san Francisco así que nos reunieron a todos los ángeles y los santos para hacer una gran fiesta aquí en el cielo. Todos bailan, cantan, ríen, y Arthur y yo sentados a un lado junto a una pila de agua bendita sin hacer nada muy divertido que digamos. -voy a felicitar a san Francisco- dijo Arthur -felicítalo de mi parte, si es que le gustaría oírlo- conteste El camino y se mete entre la multitud para buscar a San Francisco y felicitarlo. Yo como no tengo nada que hacer abro espacio entre dos nubes y me pongo a ver a los humanos, es el siglo 15 en la tierra, no sé ni que continente ni qué país ver. Me dedico a ver el mar, los reflejos de las nubes, algún delfín que brinca fuera del agua, no muy productivo. De repente se oscurece todo. las nubes se juntan no me dejan ver las separo pero aun así me es ,uy difícil ver. Veo lluvia, truenos, rayos y relámpagos. Se arma una tempestad gigante no sé qué hacer. Siento una mano en mi hombro y volteo a ver quién es. Es Arthur esta algo agitado, como si le hubieran dicho algo grave, o algo que nunca se hubiera esperado. Nos sentamos, se tranquiliza un poco y se dispone a hablar. -parece ser que......- balbucea -¿parece que?...- digo yo -no sé cómo decírtelo- contesta el -¡DÍMELO!- grito yo. Me desespera mucho que la gente no me diga las cosas tal cual y me haga esperar me impacienta mucho. Empiezo a sentir una sensación diferente. Algo que no sé cómo explicar. -no te sientes ¿diferente?- me dice el -no precisamente... bueno... algo se podría decir ¿Por qué?- le contesto -me acaban de pedir que te diga que parece ser que alguien te ha rezado...-

El ángel cornadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora