El síndrome de Estocolmo es una respuesta psicológica. Ocurre cuando los rehenes o víctimas de abuso crean vínculos con sus captores o abusadores. Esta conexión psicológica se desarrolla a lo largo de los días, semanas, meses, o incluso años de cautiverio o abuso.
Con este síndrome, rehenes o víctimas de abuso pueden llegar a simpatizar con sus captores. Esto es lo contrario del miedo, el terror y el menosprecio que se podría esperar de las víctimas en estas situaciones.
Con el paso del tiempo, algunas víctimas llegan a desarrollar sentimientos positivos hacia sus captores. Incluso podrían empezar a sentir que comparten objetivos y causas comunes. La víctima podría comenzar a desarrollar sentimientos negativos hacia la policía o las autoridades. Pueden llegar a sentirse resentidos con cualquiera que esté intentando ayudarles a escapar de la peligrosa situación en la que están.
Esta paradoja no ocurre con cada rehén o víctima, y no está claro por qué ocurre en algunos casos.
Muchos psicólogos y profesionales médicos consideran que el síndrome de Estocolmo es un mecanismo de supervivencia, o una manera que ayuda a las víctimas a manejar el trauma de una situación aterradora. De hecho, la historia del síndrome puede ayudar a explicar a qué se debe.
Los episodios de lo que se conoce como síndrome de Estocolmo probablemente han ocurrido durante muchas décadas, incluso siglos. Pero no fue hasta 1973 que se dio nombre a esta respuesta al cautiverio o el abuso.
En esta fecha dos hombres retuvieron a cuatro personas como rehenes durante seis días después de un robo a un banco en Estocolmo, Suecia. Después de que los rehenes fueron liberados, se negaron a testificar contra sus captores e incluso comenzaron a recaudar dinero para su defensa.
Después de eso, psicólogos y expertos en salud mental asignaron el término "síndrome de Estocolmo" a la condición que ocurre cuando los rehenes desarrollan una conexión emocional o psicológica con las personas que los mantuvieron en cautiverio.
Sin embargo, el síndrome de Estocolmo, a pesar de ser bien conocido, no es reconocido por la nueva edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM). Expertos en salud mental y otros especialistas utilizan este manual para diagnosticar trastornos de salud mental.
SÍNTOMAS DEL SÍNDROME DE ESTOCOLMO
1. La víctima desarrolla sentimientos positivos hacia la persona que la mantiene cautiva o abusa de ella.
2. La víctima desarrolla sentimientos negativos hacia la policía, las figuras de autoridad, o cualquier persona que podría estar tratando de ayudarles a alejarla de su captor. Incluso puede negarse a cooperar contra su captor.
3. La víctima comienza a percibir la humanidad de su captor y a creer que comparten los mismos objetivos y valores.
Estos sentimientos suceden a menudo debido a la situación emocional y muy cargada que ocurre durante una situación de rehenes o un ciclo de abuso.
Por ejemplo, las personas que son secuestradas o tomadas como rehenes suelen sentirse amenazadas por su captor, pero también dependen en gran medida del mismo para sobrevivir. Si el secuestrador o abusador les muestra algo de bondad, pueden empezar a sentir sentimientos positivos hacia su captor por esta "compasión".
Con el tiempo, esa percepción comienza a cambiar y sesgar la manera como ven a la persona que los mantiene como rehenes o abusa de ellos.
EL SÍNDROME DE ESTOCOLMO TAMBIÉN PUEDE SURGIR EN ESTAS SITUACIONES
Relaciones abusivas. La investigación ha demostrado que las personas abusadas pueden desarrollar vínculos emocionales con su abusador. El abuso sexual, físico y emocional, así como el incesto, pueden durar años. Durante este tiempo, una persona puede desarrollar sentimientos positivos o simpatía por la persona que abusa de ella. Abuso infantil. Los abusadores frecuentemente amenazan a sus víctimas con daño, e incluso la muerte. Las víctimas pueden tratar de evitar molestar a su abusador siendo obedientes. Los abusadores también pueden mostrar amabilidad, lo cual podría ser percibido como un sentimiento genuino. Esto puede confundir aún más al niño y llevarlo a no entender la naturaleza negativa de la relación. Tráfico sexual. Las personas que son víctimas de la trata a menudo dependen de sus abusadores para sus necesidades, como alimentos y agua. Cuando los abusadores proporcionan eso, la víctima puede comenzar a desarrollar sentimientos positivos hacia su abusador. También puede resistirse a cooperar con la policía por temor a represalias o pensar que debe proteger a sus abusadores para protegerse a sí misma. Entrenadores de deportes. Participar en deportes es una gran manera para que las personas desarrollen habilidades y relaciones. Desafortunadamente, algunas de esas relaciones pueden, en última instancia, resultar negativas. Las técnicas severas de entrenamiento incluso pueden llegar a ser abusivas. El atleta puede decirse a sí mismo que el comportamiento de su entrenador es por su propio bien, y esto, según un estudio de 2018, puede, en última instancia, convertirse en una forma de síndrome de Estocolmo.
Si crees que tú o alguien que conoces ha desarrollado el síndrome de Estocolmo, puedes encontrar ayuda. A corto plazo, la consejería o el tratamiento psicológico para el trastorno de estrés postraumático puede ayudar a aliviar los problemas inmediatos asociados con la recuperación, como la ansiedad y la depresión.
La psicoterapia a largo plazo puede ayudarte a ti o a un ser querido con la recuperación.
Los psicólogos y psicoterapeutas pueden enseñarte mecanismos de afrontamiento saludables y herramientas de respuesta para ayudarte a entender lo que sucedió, por qué sucedió y cómo puedes superarlo. Reasignar emociones positivas puede ayudarte a entender que lo que pasó no fue tu culpa.
El síndrome de Estocolmo es una estrategia de afrontamiento. Pueden desarrollarlo personas que son abusadas o secuestradas.
El miedo o el terror pueden ser más comunes en estas situaciones, pero algunas personas comienzan a desarrollar sentimientos positivos hacia su captor o abusador. Es posible que no quieran cooperar con la policía o ponerse en contacto con ella. Incluso pueden dudar en traicionar a su abusador o secuestrador.
El síndrome de Estocolmo no es un diagnóstico oficial de salud mental. En cambio, se cree que es un mecanismo de afrontamiento. Las personas que son objeto de abusos o trata, o que son víctimas de incesto o terror pueden desarrollarlo. El tratamiento adecuado puede ayudar mucho en la recuperación.
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Suecia, Estocolmo
Science FictionUn amor. ¿Amor? Eso no existe, o al menos aquí. Solo existe la desesperación, el terror, y el final más asqueroso, la resignación. Hoy te lo cuento, hoy salgo a hablar. Ya que Autumn no puede hacerlo...