-¿Ya me vas a decir a dónde me llevas? Hemos caminado tanto que podría pensar que me has secuestrado- ya no sentía las mejillas de tanto sonreír, no podía evitarlo, simplemente me hace muy feliz. Lo amo demasiado.
-Como me encantaría eso, poder secuestrarte y llevarte lejos, donde nunca nadie nos encuentre.-
-Suena bien. Llevame lejos donde nadie nos encuentre.-
-Tus deseos son órdenes- y me descubrió los ojos.
-Max ¿esto… es un sueño?- Las palabras se quedaron atoradas en mi garganta, mientras que el corazón se me sale del pecho.
-¿Te gusta?-
No le respondí, en cambio le planté un gran y rápido beso en la mejilla para salir corriendo a toda prisa, descalzándome en el proceso. Casi caigo contra el suelo, pero gracias a una ágil marometa pude seguir corriendo mientras reía. Me sentía tan libre.
Escuchaba como Max venía tras de mí, dejando salir esa risa tan única que yo tanto amaba.
Finalmente cuando me quedé sin aliento, me detuve en seco y giré para poder atraparlo en mis brazos. Ambos caímos en medio del campo de lirios color violeta.
Riéndonos como tontos, atrapados en unos brazos que ninguno de los dos pensaba dejar ir. Los días eran largos y pesados, pero ahora, nada más importaba, no mientras Max estuviera a mi lado.
Él había caído sobre mí sin llegar a hacerme daño, se separó un poco, lo suficiente para poder mirarlo a los ojos, donde quería perderme el resto de mi vida. Sus mejillas estaban muy coloradas, probablemente las mías estuvieran igual o peor, sus blancos dientes delanteros sobresalen un poco de su boca tentándome a acercarme. Se me adelanta y termina por acercarse robándome un beso, en cambio yo le obsequié un suspiro.
-No sabes cuanto te amo.-
-Lo sé.-
Ninguno de los dos dijo nada, solo continuamos observándonos, la limerencia me aturdía cada que sus ojos se encontraban con los míos, y de pronto las palabras se volvían tan innecesarias.
-Dime una cosa. ¿Dónde estamos?- Por más que quiera atesorar el silencio entre los dos, la duda me consume. No puedo evitarlo, es mi naturaleza.
Max sonrió, conozco esa sonrisa perfectamente, el tipo de sonrisa llena de orgullo.
-Esta, mi vida, es la nueva propiedad del duque Maximiliano Goof dentro de los límites de Toontown.-
-¿Cómo lo conseguiste? Sólo tienes diecisiete, eres de Disneyland, además las propiedades son caras, ni hablar de las tierras y esta es realmente grande.- Puso una cara como de ofendido.
-Eyyy, seré joven y un Disney, pero tengo mis contactos- arqueé una ceja, olvida que conozco cada expresión de su rostro. Sé cuando oculta algo.
-Dot te ayudó ¿no es cierto?-
-... Sí.-
-¡Lo sabía! Ella no compraría una tierra tan lejos de la civilización, menos de los lujos.-
-Bueno sí, Dot compró esta propiedad a su nombre por mí. No podía comprarla a mi nombre pero yo lo pagué.- Adoro la expresión avergonzada que pone.
-Eso es realmente dulce, pero ¿Y los lirios?- No hay manera de que se formara un campo de estas de manera natural.-
-Wabby me ayudó con eso- me guiño un ojo- realmente tienes una cuñada increíble.-
-Por supuesto, mis padres están encantados con ella- eso salió con un leve tono triste, mis orejas bajaron un momento e inmediatamente las volví a subir. Max lo notó. Se paró y me tendió la mano, ayudándome a levantar.
ESTÁS LEYENDO
Lirios color lavanda
Fanfiction¿Qué sucede cuando te ves obligado a contraer nupcias cuando tu corazón ya pertenece a alguien más?¿Hasta dónde serías capaz de mentir por amor? Debo advertir que contendrá adulterio.