ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤDonde JM cree odiar a su profesor
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤde inglés y escribe sobre su "odio"
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤen su pequeño diario durante sus
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤclases.
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤO más bien, donde Th descubre
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤun pequeño librito bajo el escri-
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤtorio de...
No había nada que decir; Jimin era un estudiante modelo, más bien, él era el sueño de todo maestro en aquella universidad. El venía de Busan, siendo uno de los mejores alumnos en su antigua escuela, lo cual le llevó a recibir una beca en la universidad más preparada (y cara) de Seúl.
Sus padres en cuanto recibieron la noticia de que su único hijo, su Jiminie, había recibido esa beca solo pudieron gritar abrazados en medio de lágrimas. Jimin en cambio, solo se sentía neutral, sabía que se lo había ganado con el sudor de su frente y el esfuerzo de sus padres; su madre mantenía tres trabajos, una mujer ejemplar y muy correcta, lo había tenido muy joven por lo que siempre se esforzó en darle todo lo que siempre deseó (aunque las muñecas y alas de hada fueron un golpe algo bajo para la mujer a la hora de comprar juguetes para su hijo varón).
Llegando el día de la partida de Jimin, este se había preparado emocionalmente para su primer día en la universidad, tenía 19 años y se había acostumbrado a ser el "bebé pequeño" de la casa, siempre siendo atendido, consentido y protegido de todo mal por su padre y su madre, estaba agradecido por eso.
– “Gracias, universo. Sabía que manifestar tanto haría que me hagas caso. ” –. pensó mientras que sus padres lo ayudaban a cargar sus maletas en el pequeño auto que le habían regalado ahora que sería todo un universitario. Este era blanco y contaba con asientos de cuero gris en el interior, del espejo retrovisor colgaba una imagen de Ariana Grande pues sus padres sabían cuanto ADORABA a aquella artista. Una Mercedes Benz 1990, modelo 190 E 2.6 era más que suficiente para ese adolescente de cabellos rubios y labios regordetes. Definitivamente era todo un consentido y lo adoraba.
Por último, se sentó en el borde su cama. Esta estaba muy gastada pero aún así le gustaba, valoraba todo lo que sus padres se habían esforzado por conseguir para él. Su madre siendo limpiadora en un pequeño centro comercial, también maquilladora y niñera solo para costear todo lo que había en esa pequeña habitación, y su padre... le faltaban palabras para describir cuanto amaba a ese viejito. El señor Park era el hombre más tierno que Jimin alguna vez pudo conocer; de niño lo consentía cada día llevándolo al parque para comprarle su adorado algodón de azúcar azul de un adorable señor de apellido Min, apellido que sonaría mucho en su vida luego de eso, pues el frecuentar cada día al hombre lo había llevado a conocer a su hijo que solo era unos dos años mayor que Jimin.
Había reflexionado lo suficiente de su vida y para tener un recuerdo vivo de aquel momento, tomó su celular (el cual había costeado con un trabajo de medio tiempo que tuvo en el verano) y decidió hacer una publicación en su instagram.
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– Ush, Min Yoongi. Él y sus ocurrencias, hasta me pregunto cómo se ganó el corazón de Jungkook–. Musitó en un tono algo burlesco, dándole una última vista a su habitación antes de despedirse de sus padres y partir a la que sería su nuevo hogar por el tiempo que curse la universidad.
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Actualización casi un año después, no me juzguen. Ser estudiante no es nada fácil y solo tengo ganas de m-word.
En el próximo capítulo me centraré en Taehyung, mantengan los ojos abiertos que ando muy inspirado.
