Taehyung

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Siempre hay unos cuantos aleteos en mi vientre cuando estoy en la casa de Heejin. Después de todo, siempre existe el potencial para un avistamiento de Jungkook. Pero esta vez... Es diferente. Al tocar el timbre, siento que voy a hiperventilar.

¿Quién era el chico del autobús de anoche?

Era atrevido. Preguntó por lo que quería.

Tal vez tuvo algo que ver con la oscuridad del autobús. El aislamiento de la última fila. O tal vez estaba mega excitado después de ver a Jungkook cortar a los chicos de la mitad de su tamaño.

No lo sé, pero casi me temo que lo soñé todo.

Todas mis fantasías tienen que ser reinventadas. Las superó todas. Todavía puedo sentir el sabor de su beso en mis labios y los he estado lamiendo todo el día. El tamaño y la forma de su sexo están marcados en mi palma y esos sonidos que hizo cuando se vino. Se me pone la piel de gallina cada vez que pienso en ellos. Cómo empujó sus caderas fuera del asiento, en mi mano. Cómo me llamó "nene".

Oh Dios, ¿y si se arrepiente? ¿Y si se esconde en su habitación toda la noche y yo he rociado mi ropa interior con loción corporal para nada? Y si no me evita, ¿qué va a pasar?

¿Qué podría pasar?

Me sorprendí a mí mismo anoche al realizar un trabajo de manos adecuado. Pero no tengo ni idea de lo que nos espera en la próxima base o si estamos jugando según las reglas. Todo lo que sé es que estoy deseando tanto su cercanía que me duele la garganta. Lo extraño. Siempre lo extraño, pero esta vez es más intenso. Muy físico. No tuvimos tiempo de que me tocara anoche y hay un dolor persistente entre mis muslos que parece palpitar en su nombre.

Heejin abre la puerta con una sonrisa, pero su expresión se convierte rápidamente en perplejidad.

- ¿Por qué estas de color rosa brillante?

-Hace calor aquí afuera- digo demasiado rápido.

-Es octubre- señala.

-Oh, déjame entrar- olfateo, abriéndome camino hacia la casa que he considerado un segundo hogar desde que era un niño. -
Llegué aquí temprano, porque necesito hablar contigo.

- ¿Ah, sí?- Heejin cierra la puerta detrás de mí y nos dirigimos a la cocina, como de costumbre, porque ahí es donde se encuentran los bocadillos.

Hay bolsas de Doritos del tamaño de una fiesta y un cartón de donuts en la mesa de la cocina, todo listo para el grupo de cinco chicos que vienen esta noche a la fiesta de pijamas.

- ¿Finalmente Yoongi te invitó a la fiesta de bienvenida?

- ¿Qué?- Sacudo la cabeza. -No. Se trata de...

Apunto en la dirección general del dormitorio de Kook.

Heejin inclina la cabeza con interés. - ¿Qué pasa con él?

Estoy nervioso ahora que ha llegado el momento de confesar lo que pasó en el autobús a Heejin. Pero ni siquiera consideré no decírselo. Somos los mejores amigos. Nos contamos todo y esto no es una excepción. También he estado enamorado de Kook durante tanto tiempo que ella dejó de sentirse asqueada por ello hace mucho tiempo.

-Nos besamos- susurro. -En el autobús anoche.

Sus ojos tienen el doble de tamaño. - ¿Qué?- dice.

- ¡Ya sé!- respondo.

Se cae de espaldas contra el mostrador de la cocina. -Mierda. ¿Y ahora qué?

-No lo sé. Fue un impulso del momento. - Bailo nerviosamente en la punta de mis pies. - ¿Quizás solo quiere enrollarse un par de veces?

Grande ; KOOKTAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora