- ¿Qué es lo que quieres? - preguntó con voz ronca He Tian mientras rozaba delicadamente la punta de su nariz con la contraria, casi fingiendo que aquello era un acto casual y no, claramente, intencionado.
Mo no pudo evitar colocarse rojo, más rojo que un tomate recién cosechado. A duras penas podía con su vergüenza como para articular alguna respuesta coherente a lo que le preguntaba el otro. No sólo sentía pudor por la proximidad de He Tian a su rostro, a su cuerpo casi fusionado con el escritorio, sino que también por lo que acababa de ocurrir segundos antes, por lo que él mismo, Mo Guan Shan, acababa de hacer.
Había besado a He Tian. Literalmente y por voluntad.
Lo había besado, aunque en la mejilla, le había dedicado un suave ósculo tratando de expresar todo lo que sentía por él. Todo lo que quizás jamás podría verbalizar.
Sentía que el corazón se le saldría por la boca de lo fuerte que latía. Y quizás por un impulso del momento o quizás por el propio deseo de hacerlo, con su dedo índice tocó la barbilla de Tian, sin quitarle la vista de encima a esos hermosos ojos grisáceos. No pudo apartar su mirada, aunque lo intentó desesperadamente para escabullirse en algún rincón de su casa y ocultar su vergüenza. Pero inconscientemente, en su nerviosismo e inocencia, lo señalizó a él. Lo quería a él; a ese maldito niñato malcriado y ricachón.
¿Acaso al fin el otro lo había vuelto loco?, ¿y si mejor lo alejaba y daba término a esa extraña situación?
Sin embargo, la reacción de He Tian le pudo más que cualquier pensamiento que lograse generar en su evidente intranquilidad. A éste le brillaron los ojos como dos farolitos en plena oscuridad. Su alma y espíritu parecieron llenarse con algo totalmente desconocido y cálido. Muy cálido. O era deseo, pasión o amor, Mo no lo supo. Pero aquello logró embriagarle el corazón como el mismísimo licor a las venas y lo calmó. Ahí supo que estaba jodido. He Tian podría hacer lo que quisiera con él. Podría convertirlo en un total desastre y él como un estúpido lo aceptaría.
Y en eso que se perdía en la mirada del pelinegro, éste le besó.
Fugaz.
Un toque superficial de labios.
Inocente.
Demasiado inocente para venir del desgraciado ese.
Tian se separó rápido, buscando rastros de inconformidad o rechazo por parte de Mo. Creyó que lo mandaría a la mierda por haber sido tan atrevido o por aprovecharse de su momento de vulnerabilidad emocional. Incluso, esperó el manotazo en la cara. Mas las expresiones de su bello pelirrojo lo dejaron al borde de la locura. Estaba con sus labios entreabiertos y sus ojos vidriosos clavados en los de él casi suplicantes y expectantes de más, un poco más.
- Pequeño Mo... - le susurró sobre la boca. No lo obligaría a besarle, ni hacer nada que lo abrumase. Aunque estuviese a un paso de abalanzarse sobre él como un animal en celo y devorarlo a besos y mordiscos de los pies a la cabeza. No lo haría. Seguiría y respetaría el paso de Mo - Yo te lo daré todo - porque de eso se sentía capaz He Tian en ese entonces, de darle todo a su chico. Estaba pidiendo o rogándole una especie de permiso para poder besarle de nuevo, pero sin importar la respuesta que recibiera del otro, él la acataría.
Pasaron tres tortuosos segundos y nada.
He Tian pensó que eso había sido suficiente para Mo, y bueno, la verdad es que él estaba demasiado feliz con aquello de todas formas. Sin embargo, cuando empezó a alejar su rostro del contrario, creyendo que ya había sido bastante por hoy, Dios pareció haber oído sus plegarias de años.
- He Tian...- le dijo Mo, tomándolo del cuello y devolviéndole un beso mucho más hambriento de lo que cualquiera hubiese esperado.
La cordura del más alto colapsó en ese instante. Con una mano agarró al muchacho por la pequeña cintura y con la otra le sujeto la cabeza, apegándolo todo lo que pudo contra su cuerpo. Sabía que Mo no tenía experiencia en besos, sólo aquella vez que lo besó de lengua y el otro se descompuso como si hubiese tragado vómito, pero eso no importaba, porque esa misma noche quedaría hecho un experto con todo lo que estaba planeando besarle.
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Yo te lo daré todo (19 days)
RomanceContinuación del capítulo 410 en donde He Tian y Mo Guan Shan se dan un besito. °°° La historia de 19 days y sus personajes son propiedad de la poderosisíma OldXian. Esta historia está sólo hecha para fines recreativos y alimentar la necesidad de...