and one two three

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–Oh dios, ¿está bien maestro?

Cuando pude recuperar el aliento, ante mí había aparecido Jihye. Una Jihye sumamente preocupada.

Queriendo tranquilizarla, de forma automática dije que no había pasado nada para que entrara en pánico por mí, porque yo sabía que había cosas más importantes que necesitaban atención.

Pero no me escuchó, solo me miró confundida. En vez de pronunciar algo coherente, las palabras que salieron de mí boca fuero como un murmullo. O apenas un suspiro.

Puede que una secuela de casi haberme quedado sordo.

Al final, me limité a negarle con la cabeza, y le indiqué que hiciera silencio apoyando un dedo en sus labios.

Esta vez —afortunadamente— entendió el mensaje.

Me recompuse con cuidado, con respiraciones leves y controladas, despejando lo que hubiera en mí mente. Girandome hacía la entidad, me movilicé para enfrentarle.

Estaba contrariado. Aún en mi estado de desorientación, sabía que tenía preguntas que requerían respuesta.

Sin temor, safé el agarre de Jihye sobre mí creyéndome lo suficientemente capaz de no derrumbarme de nuevo. Acompañado del eco de mis pisadas, me le acerqué caminando más y más, hasta estar metros delante de donde levitaba el otro, sobre el suelo.

No necesitaba llamarle la atención, ya que él me había estado siguiendo con los ojos, devolviéndome la mirada.

– Tú, ¿qué es lo que quieres?

...

...

...

Obtuve silencio.

– No soy telepático. Comunícate con algo que pueda escuchar.

Y obtuve silencio.

A la distancia que estábamos, noté su falta de expresión. Evitando la indiferencia, lo único en su reacción era una neutralidad curiosa, evidenciada del temblor de sus ojos.

En el negocio que estaba, leer una cara era asegurar el punto debil, y por lo tanto, la victoria.

Esta fluctuación facial tampoco fue su única respuesta.

Abrió la boca otra vez, dejando salir no un ataque auditivo, ni una llamarada de fuego.
Sino un canto.

Con una entonación agudisima digna de la cantante de opera más aclamada, desató su voz. La típica letra 'A' fue emitida por sus —obvias— cuerdas vocales inhumanas, manteniendo la nota sin esfuerzo.

Duró unos segundos, y se detuvo naturalmente.

En realidad tampoco le había dicho nada nuevo con eso, pero se sintió como una contestación suficiente de que había comprendido.

Tal vez, si le daba un poco de contexto..

– Con escuchar me refiero a lenguaje.
Nosotros, hablamos coreano. –metió la mano en el bolsillo de su pantalón, rebuscando algo– Toma.

Agarré mi celular costoso con una mano, y se lo tendí sin pensar.

Un parpadeo.

El ser levantó la mano como si fuera a recibirlo, haciendo, en cambio, aparecer un cubo de su mano.

...

Tener dos pulmones humanos en mi posesión era una novedad.

O cualquier estímulo lo era, dado el caso.

'Sinteticé' una parte de Kado, si se puede llamar a la acción, absorbiendo lo que me habían dado con el. Y bien le analicé dicha narración surgió en mi espacio mental.

kado (ft. orv)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora