Día 1 de laburo

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Un día normal como cualquier otro, Albedo se encontraba vendiendo panchos en su trabajo de segundo tiempo en Mar del Plata durante las vacaciones.
Y a su costado se encontraba Kaeya Alberich, su rival panchero.
Justo se encontraba vendiendo un pancho. Resulta que por su carisma y atención a la gente, tenía más ventas que el. Eso le enfadaba mucho, ya que conocía a Kaeya desde que eran chiquitos, y Kaeya pertenecía a una familia de ricos, el no necesitaba esa plata tanto como Albedo.

Este era un día muy pesado porque hacían 45 grados. Después de unas horas  cuando el sol bajo y el atardecer iluminaba el cielo con una hermosa luz tenue, el carrito de Albedo se encontraba atascado y el no se había dado cuenta, estaba tan concentrado en competir contra Kaeya que no se movió en toda la tarde.
-Uuuh, la concha de mi hermana.- Exclamó el príncipe Albedo.

Albedo se dirigió hacia atrás del puesto para intentar moverlo, pero fue imposible por sus delgados brazos. Mientras Kaeya lo observaba.

-Esa boquita.- Kaeya se acercó a ayudarlo.

Al tercer intento, se fue todo a la mierda, hicieron más fuerza de la que debían y el carrito se impulso hacia un costado, haciendo que se caigan todos los panchos y mercadería.
Se quedaron en silencio mirando los panchos flotar en el mar.

-¿Sos o te haces, negro salame?

-Pero si yo no hice nada, boludo.

-Seguro lo hiciste a propósito.

-¿Pero para que voy a hacer eso a propósito? Bobo.

-¡Es mi única forma de ganar plata!

Se quedaron en silencio unos segundos.
Kaeya estaba pensando si decir lo que iba a decir.

-Podrías trabajar conmigo, y nos repartimos la biyuya.

Albedo se sorprendió ante su propuesta.

-¿Estas bien con eso?

-Si, en serio. No hay problema.-
Albedo lo pensó.

-Bueno, dale. Igual me lo debes.

Después de un rato, vendieron bien. Hacían buen trabajo juntos, eran un buen equipo. A la gente les gustaba comprarles porque pensaban que eran pareja.
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Anochecio y la gente ya se estaba yendo de la playa, y ellos también tenían que irse a sus casas.
Albedo ya se estaba yendo. Kaeya se acercó a él.

-Espera, espera. Pasame tu número, así nos encontramos mañana.

-Aaah, mal. Me olvidé.

Albedo le paso su número a kaeya y se despidieron con un beso en la mejilla.

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⏰ Última actualización: Dec 19, 2022 ⏰

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