La chica de Cristal

Capítulo 2: El buen camino de la huída

Ya en el campamento gracias mi hermano y a algunos amigos conseguí camuflarme entre el resto de chicos , entrené por mucho tiempo y trabajé muy duro para parecerme a ellos . Luchábamos , trabajábamos y nos prepararon para la supuesta vida que ellos querían .

Destaqué entre mis compañeros por mis habilidades de lucha , rapidéz y capacidad para hacer estrategias , muchos me envidiaban así que solo unos pocos sabían mi secreto . Hasta que a mis catorce años , una mañana me desperté con un dolor terrible en el estómago, me asusté y llamé a mi hermano . Palideció , se asustó mucho cuando me levanté y vió una mancha de sangre en la cama . Corriendo , me dijo que me bañara y el salió corriendo con toda la ropa manchada para quemarla .

Sin embargo , un guardia lo encontró con el saco de la ropa y un bidón de gasolina , él solamente tiró todo y corrió hasta nuestra cabaña , me gritó que escapara , que los soldados se habían dado cuenta . Empezamos a correr bosque a dentro , él me ordenó que siguiera corriendo , que él se encargaba de distraer a los Itas . Lo único que recuerdo es que corrí por el bosque y de repente , escuché un disparo , así que supuse que los guardias habían matado a mi hermano , seguí corriendo hasta que tropecé con un tronco y empecé a llorar hasta quedarme dormida .

Cuando desperté , me encontraba en una casa extraña , la verdad pensaba que ya me habían atrapado . La sala parecía un salón común, tenía un gran sofá rojo con dos sillones a juego , en el centro , una gran mesa marrón con unos jarrones , las paredes estaban pintadas de color beige claro , lo más que me llamó la atención fue un espejo dorado , muy hermoso , así que me acerqué lentamente con muchos deseos de tocarlo , pero llegó una señora de avanzada edad y me advirtió de que si lo tocaba mi vida nunca podría volver a ser la misma , la verdad que pensando que no tenía nada que perder , lo toqué sin más .

Pronto sentí que mis pies se empezaban a congelar y aunque no me podía mover, tenía la sensación de que las cosas al fin mejorarían , así que no me resistí , solo lloré al pensar en todo lo que los Itas me robaron y juré que conseguiría vengarme de ese horrible pueblo , aunque fuera lo último que hiciera . Con este último pensamiento todo se volvió frío y oscuro , en ese momento entendí que había tomado el camino de la huída, pero que no sería el camino más sencillo.