Introducción.
Hanna.
"¿Podrías comer algo, por favor?"
Asiente con la cabeza y toma el tenedor para hundirlo en la comida. Marcie la mira mal. Le preocupaba mucho que la chica no comiera y aunque era por el nerviosismo, no era un motivo para dejar de hacerlo.
"No te van a despedir, tranquila. Lo que sea que Joe quiera decirte, será otra cosa. Juro que eres la empleada del mes, y de todos los que restan; no tendrán las agallas de hacerte algo tan bajo."
La rubia le da ánimos a Hanna. Ésta sonríe de lado y se mete un bocado para masticarlo con un poco mas de paz mental.
Trabajar en una de las televisoras mas famosas del país podría ser algo errático, difícil e incierto, pero a sí mismo tiempo era divertido, alentador y desafiante para Hanna. Desde el primer día que llegó como residente la cuidaban como oro molido, solamente que le faltaba un poco más para poder ser reportera de primera plana. Había cubierto varias secciones pequeñas como medios ambientales, nuevas tecnologías cuando el reportero a cargo llamara enfermo y ella podía aprenderse una nota completa en menos de dos horas.
"Gracias, Marcie."
Deja de temblar un poco y termina su plato. Marcie trata de hablar más con ella para hacerla olvidar aquel email sin contexto donde su jefe la citaba a una reunión después del almuerzo, ¿para hablar de qué? Quién sabe. Una vez pagada la cuenta, ambas salen del restaurante para ir al trabajo.
"Buena suerte." Marcie le murmura cuando Hanna se deslinda de su delgado brazo y comienza a alejarse para llegar a la puerta de cristal donde veía claramente a su jefe hablando por teléfono.
Hanna le lanza un pulgar arriba y Marcie sonríe yendo a su escritorio. Toca la puerta y Joe —su jefe—, sonríe colgando la llamada. Le hace un ademán para que entrara y así lo hace.
"¿Cómo estás?"
Hanna no quería responder a eso.
"Bien." Fije una sonrisa mientras se sienta en una de las sillas frente al hombre de casi sesenta años. "¿Y usted?"
"Oh, querida." Vaya, nunca lo había visto sonreír así. "Disculpa si mi email fue repentino. Pero es que la noticia que tengo que darte te va a encantar."
Sentía que el corazón se le saldría del pecho en cualquier segundo. Traga saliva y su sonrisa se esfuma.
"Tengo muy bien entendido que amas las notas sobre el mundo, costumbres, cultura, desarrollo sustentable, ecología..." Pausa y por debajo de su escritorio abre un mini-refrigerador y le pasa una botella de agua a Hanna, quien la toma aún temblando. "No es lo que te puedo ofrecer por el momento. Pero, tengo algo mejor."
¿Su despido?
"En esta parte de la ciudad aman todo lo que sucede en el norte del país, la locación más adinerada, con más cosas interesantes por cubrir, así que se aproxima una de las carreras más importantes de la temporada. Deportes, ya sé, ¡ugh!" Joe hace una mueca de disgusto que hace a Hanna reír despacio. "Tú fuiste en la primera persona que pensé para este trabajo. Sé que te va a encantar, y para ver saber si quieres aceptar, hay una carrera de caballos este domingo, puedes ir solamente como espectadora y regresando el día miércoles te hablo más de las notas que vas a cubrir, claro, si aceptas."
Ahora tenía una sonrisa genuina en el rostro. Claro que aceptaría.
"¡Por supuesto!"
Joe le aprieta la mano y le agradece por todo. Le indica que los gastos correrán por parte de la empresa, ella solamente tendría que ir a ver esa dichosa carrera y aceptar.
"¡Te dije!"
Marcie se toma el vino restante de su copa y se levanta de la alfombra para ir a la cocina y servirse más.
"Creo que ya puedo descansar. Sentía que mi cabeza explotaría." Hanna se levanta igual y acomoda su vestido veraniego amarillo.
"Eres la favorita de Joe, puedes estar tranquila siempre." Marcie ríe. "¿En serio puedo acompañarte?"
"Por favor, no me gustaría estar sola en un lugar desconocido."
"Han, es de Los lugares más seguros del país. Todos ahí cagan dinero, y los estúpidos de esta zona les dan de más."
"Mhm, leí que el lugar de la carrera está valuado en quince millones de dólares. Es como los Hamptons." Hanna suspira. "Será una travesía."
Marcie asiente y grita recordando algo, asustando a la castaña. "¡Los vaqueros!" Corre hasta la sala y se avienta al sofá tomando su celular. Lo desbloquea y comienza a escribir algo. "¡Tenemos que ver a los partícipes de la carrera!"
"Los caballos son los protagonistas, Marcie."
"Elogian más a los jinetes. Los caballos son hermosos, pero los vaqueros..." se muerde el labio inferior. "Divinos. Una vez salí con un vaquero de por ahí, te juro que es el sexo más caliente y desenfrenado que he tenido."
"¿Y por qué no están juntos ahora?" Hanna llega a su lado.
"No les gustan las 'chicas de ciudad', lo cual me parece algo idiota." Marcie bufa y voltea su celular para Hanna.
"¿Suguru Geto?" Marcie asiente y desliza su dedo en la pantalla para ver las fotografías del hombre. Vaya hombre.
"Wow. ¿Cuándo pasó eso entre ustedes?"
"Tres años, y aún lo siento por debajo de mi maldita piel." Suspira. "Si lo veo, y si no tiene esposa o novia, te juro que voy a lanzarme contra él."
Ambas ríen y dejan el tema a un lado preguntándose por el tipo de ropa que llevarían. Vivir juntas en un departamento era lo mejor que a Hanna le pudo haber sucedido. Se sentía como en casa y Marcie ya era parte de su familia, jamás se sentía sola y por lo mismo le había pedido acompañarla a la carrera del domingo.

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𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐑𝐄𝐀𝐓 𝐎𝐍𝐄𝐒 ↝ k. nanami
Fanfiction❝ Las mejores cosas vienen cuando ni siquiera lo intentas. ❞ 〔 Kento Nanami x Fem!OC FANFICTION 〕 Dicen que la mayoría de los amores no sobrepasan, pero los grandes lo hacen. Kento Nanami no cree en eso desde hace mucho tiempo y Hanna comien...