今 𝟮𝟰 𝘁𝗼 𝟮𝟱 | 𝘊𝘑 ✓

❄︎ Capítulo 04

여행∶∙⋆ﾟ❄︎ ⊰
꒰Extra: Viajar꒱
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Hace seis meses.

Los párpados de Chan casi se cerraban. Estaba cansado; pero todavía tenía un montón de papeleo que resolver. Miraba angustiado cómo las personas ya se iban a casa, mientras que él solamente podía soñar con tener a Hyunjin entre sus brazos a la misma vez que le llenaba de besos. Era una verdadera lástima que las metas que se proponía fueran tan difíciles y ambiciosas. El incesante y recurrente sonido de su celular le sacó de su divagación.

—¿Quién es? —preguntó Chan.

—¡¿CÓMO QUE QUIÉN ES, IMBÉCIL?!

—Ah, es Jeongin. —Le quitó importancia—. Perdón, es que perdí tu número y olvidé pedírtelo.

—Quiero pegarte —expresó Jeongin con exasperación.

—Y ¿bien? ¿Para qué me llamas?

—Déjate de tonto y vete a casa ahora mismo. Si es posible, toma un taxi. Es urgente.

—¿Cómo? ¿Qué sucede? ¿Acaso le pasó algo a Hyunjin? —preguntó Chan con preocupación.

—Por el momento no le ha sucedido nada a Hyunie o, por lo menos, no dolor físico. —Chan suspiró con tranquilidad. Había llegado a asustarse muchísimo—. Pero te puedo asegurar que si no te diriges ahora mismo a tu casa, tu relación con Hyunjin correrá riesgo.

—¿Por qué lo dices?

—Chan, ¿cuánto tiempo llevas sin darle calor a Hyunjin? Bastante, ¿verdad? —interrogó Jeongin con seriedad—. En los últimos meses no has dejado de fastidiar las cosas buenas que has conseguido. Y, con ello, has hecho que Hyunjin se aleje de ti. Yo sé mejor que nadie que le adoras con el alma, que cualquier cosa que haces siempre es para su goce. Pero, Chan, tú has olvidado que en nuestras vidas el amor siempre será lo fundamental. —Bang se quedó callado. Asimilaba lo dicho por su mejor amigo—. ¿Recuerdas? Hoy es 24 de diciembre. Es un día especial y los días especiales se pasan con las personas a las que amamos.

Chan salió directo a tomar un taxi. Su mejor amigo tenía mucha razón. Si bien le inquietaba dejar el trabajo a medio hacer, Hyunjin era muchísimo más importante. De alguna manera, ya no le importaba si no llegaba a acabar a tiempo el papeleo. Ahora solamente debía concentrarse en regresar al lado de Hyunjin. Necesitaba verle y recordarle que la única persona que amaba siempre sería él.

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Chan no sabía cuánto agradecer a Jeongin por haberle llamado aquella noche. Gracias a su mejor amigo, ahora tenía la fortuna de agarrar fuertemente la mano de Hyunjin mientras hacían fila para subir al avión. Habían tenido que ahorrar mucho dinero; pero todo esfuerzo valía la pena si se trataba de Noruega. Ese país era más que primoroso.

—Vaya, ¿quién lo diría? Jamás pensé que haría turismo en Noruega —dijo Hyunjin, cuando ya estaban dentro del avión y se habían sentado.
 
—Ese era uno de tus sueños, ¿verdad? Deseabas viajar a Noruega.

—Estás en lo correcto. —Se acurrucó al lado de Chan. El viaje sería largo y le estaba entrando ya un poco de sueño—. Dulces sueños, Channie.

—Dulces sueños para ti también, Jinnie.
 
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Cuando Chan y Hyunjin llegaron a su destino, enseguida les guiaron al hotel en el que se hospedarían. Ambos se hallaban asombrados debido a la inmensa altura de los edificios medievales, así como el clima sumamente frío y la tranquilidad del lugar.

—Es un lugar muy bonito —habló Hyunjin, mirando por la ventana a las personas que pasaban.

—Aún es temprano, ¿te gustaría salir?

—Claro que sí.

Se pusieron ropa más abrigada y salieron a mirar el paisaje. Todavía se sorprendían de lo bien cuidadas que estaban las casas y calles, que armonizaban a la perfección con el panorama natural. Se detuvieron al frente de un estanque. Se sentaron en un banco e, instantáneamente, se abrazaron.

—¿Te gustaría venir a este lugar otra vez? —preguntó Bang Chan.

—Por supuesto que me gustaría venir de nuevo. Sé que unos siete días no serán lo suficiente para conocer todo el país. Pero, aun así, quiero que para el próximo viaje vayamos a otro sitio.

—Entonces así será.

Continuaron paseando un poco más. Chan llevaba su cámara consigo y capturaba cualquier momento en el que Hyunjin se viera feliz; feliz con sus ojitos impercibibles, sus hoyuelos casi indistinguibles y sus perlados dientes iluminando su mundo. Chan amaba locamente que su chico estuviera alegre, pues la felicidad de este era la suya propia. Agarró las mejillas de Hyunjin con ternura y le besó con suma delicadeza y aprecio.

—Nunca será suficiente para mí decir tan solo que te amo —confesó Chan—. ¿Conoces otra manera en la que pueda amarte?

—Sí —dijo Hyunjin con las mejillas un poco ruborizadas—. Que te quedes conmigo para siempre.

—No es necesario que me pidas eso. —Juntó sus narices—. Hyunjin, tú ya te has convertido en mi universo.

El viaje a Noruega terminó con muchos recuerdos hermosos. Bang Chan y Hyunjin sintieron siempre la calidez del otro en las frías y sosegadas noches en Noruega. A su vez, Hyunjin entendió más que nunca la razón por la que Chan trabajaba y se esforzaba tanto: él simplemente quería poder llevarle a conocer el mundo.

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