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Paz notó que nadie viene a esta casa, solo Matías el beta, ya tiene un mes aquí.

Aún no sabe qué trabajo  le pondrán, mientras tanto se dedica a limpiar y cocinar. La casa a pesar de que es un poco grande no tiene muchas cosas que mover.

En pocas horas termina todo sus deberes, algo raro mayormente duraba horas limpiando una casa, a veces le toma días limpiar una y solo le pagaban una miseria.

De ese sueldo de miseria tuvo que vivir 15 años de su vida , en muchas ocasiones pasaba hambre, otras le robaron su dinero, pero aquí a diario está comiendo, el alfa se asegura que ella tenga el primer bocado y si deja comida en el le insiste hasta que ella se lo come todo.

Quería salir a fuera ver al señor José pero no se atreve a decirle al alfa, pero esta vez lo hará él salió esta mañana con El beta, se abriga bien y sale de la cabaña.

Al observar el hermoso paisaje se avergonzó al ver que todos la estaban mirando y camina más rápido gracias a la diosa recuerda el camino hacia la cafetería del señor.

—Bienvenido —

Paz escucha esa voz y sonríe —Sr. José —

—Muchacha estaba muy preocupado por ti —dijo José

—El alfa me hospedó en su casa ahora trabajo para él.

José alza una ceja con asombro eso es raro el alfa estaba llegando a la locura, nadie se podía acercar a su casa era muy peligroso, observa a la joven ella está muy bien,  la única forma que él esté tranquilo es si esta chica es su mate.

No podía creer sonríe internamente por fin su alfa dejará de sufrir.

Ambos se quedan hablando animadamente luego de dos horas caminando directo hacia la cabaña.

Quería comprar algunas cosas pero no tenía dinero encima , otra  vez las personas se le quedaban  mirando.

Adelanta sus pasos y rápidamente llega a la cabaña pero algo pasaba afuera estaba Matías muy nervioso.

—Paz gracias a la diosa ¿dónde estabas? —pregunta Matías

Estaba por responder pero un fuerte rugido se escuchó por la puerta sale un muy alterado Sebastián retrocede con miedo al verlo casi transformado nunca había visto algo así, abre sus ojos al ver como este se convierte en un por completo un lobo negro muy pero muy grande.

Retrocede más , Matías ayuda a Paz y la resguarda detrás de él.

Un sonido lastimero se escucha, Paz mira al gran lobo negro escucha otra vez ese sonido, Con valor se acerca al gran lobo y lo acaricia este comienza a mover la cola de felicidad .

Matías quería desmayarse nunca pero nunca ese lobo le menea la cola a alguien.

—Tu pelaje es muy suave —dijo Paz, es su primera vez que toca el acaricia un lobo.

Sonríe al sentir como este pasa su lengua por su cuello —eres bonito y grande —dijo alegre.

Max mueve su cola con más exigencia, está bastante alegre hace un momento pensó que su luna lo había dejado pero no era así, se echó y la obligó a ella también, puso su cabeza en su regazo y se restregó por completo en ella.

Paz se sonroja al sentir como este huele su parte —¡eso no se hace! —

Max resopla y entierra su cabeza en las piernas de su luna disfrutando de ella.

No podía quitarse al gran lobo — ayúdame Matías —

Matías confirma cuando se está por acercar el alfa le gruñe y se aleja rápidamente.

—No creo que puede ayudarte paz —dijo Matías mirando al lobo negro.

—Sr. lobo  —llama—tengo que ir adentro no estoy acostumbrada a este  clima aun —

Las orejas  de Max se alza y quita su cabeza mira como ella se levanta y él la sigue rápidamente con su pata cierra la puerta, quiere tener un buen rato a sola con ella.

Max observa como ella la persigue hacia la cocina, donde ella esté él va detrás de ella y siempre se gana una caricia de esta.

Ganas De Vivir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora