🥀 Cruda 🥀 Kookmin

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POV. JIMIN

Esto no podía estar pasando.

No, no, no a nosotros.

¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

Corro lo más rápido que me dan mis pies, corro hacía la que en su momento fue nuestro hogar. Ni siquiera me importa la lluvia cayendo encima de mi, corro y corro, esperando poder llegar a tus brazos.

Veo a lo lejos la fachada de nuestra casa, sonrió y sigo corriendo aun sin mis pies me dicen que ya no pueden más, no me rindo.

Tarde poco en llegar al lugar, este estaba oscuro, no se veía ni una luz y mi miedo se incrementó.

¿Te fuiste?

No se si es agua de la lluvia o son mis lagrimas que caen por mis mejillas y cristalizan mis ojos.

Tengo miedo, tanto miedo.

Mi mano tiembla cuando intento tocar la puerta, pero se detiene a la mitad.

¿Esta bien que vuelva? ¿Esta bien que vuelva a ti cuando fui yo quien se fue? ¿Esta bien que me ames si yo te hice creer que deje de amarte?

Doy un paso atrás siendo atormentado por mis pensamientos. Quiero creer que estarás bien, que sanaras, que ya no tendrás a un estorbo par seguir tu vida, pero duele tanto creer que me dejaras aun lado cuando yo hice todo esto por nosotros.

Estoy por darme la vuelta cuando escucho la puerta ser abierta y tu emerger de ella.

Traes ropa holgada negra, la gorra de tu chamarra tapa la mitad de tu rostro, tu cabello cae por tu cara, bajo mi vista y logró ver un par de maletas en tus manos, lagrimas se acumulan en mis ojos, suelto un leve sollozo callado por mi mano, pero al parecer es lo bastante fuerte para que subas tu vista hacía mi.

— ¿Jimin...? — Abres tus ojos en grande, sin creértelo y créeme mi amor yo tampoco me creo el verte después de tanto tiempo.

Has cambiado tanto..

— Koo. — Susurro intentando que mi voz no se rompa en el intento.

— ¿Que...? — Veo una lagrima caer por sus ojos.

No aguanto más, acorto la distancia que nos separa y te abrazo, te abrazo tan fuerte con miedo a que me obligues a soltarte, pero no lo haces, en cambio me devuelves el abrazo, me abrazas igual de fuerte.

No se cuanto tiempo estamos así, ¿segundos? ¿Minutos? ¿Horas? No lo se y no me importa, no me importaba hasta que te siento temblar y es cuando recuerdo que no eres resistente al frío y que te estoy abrazando todo mojado.

Me intentó separar mas que afuera que queriendo, pero no me dejas, no dejas que me separe de tí.

— No, no me sueltes, no me sueltes Mimi. — Suplicó.

Tomó tus mejillas entre mis manos acariciando la piel que tanto amo.

— Estas temblando conejito.

Suspiras acariciando mis manos y recargándose en ellas.

— Extrañe tanto ese apodo.

Sonreí y solloce levemente.

— Y yo te extrañe a ti... Mucho

Veo como vuelven a brillar tus ojos, pero poco duro ese brillo con esa hermosa sonrisa en cambio en tu rostro se lleno de tristeza y desilusión.

— Entonces ¿Por que te fuiste?

Bajo mi vista junto con mis manos, ¿Esta bien que te lo diga? ¿Qué revele todo lo que guarde para protegernos?