Hoy era el día en el Aracely iba a retomar las grabaciones luego de la pérdida de su papá, no se sentía para nada lista, pero debía hacerlo.
Al entrar al foro se había cruzado ya con varios de sus compañeros y la típica pregunta de; ¿cómo estás? no había faltado. Y la verdad era que no se encontraba para nada bien, estaba haciendo un esfuerzo enorme al estar allí, muy en el fondo sabía que esto iba a pasar, es muy común en la gente hacer esa pregunta cuando alguien esta atravesando el momento más difícil de su vida. Ella agradecía la preocupación, pero hubiera preferido pasar por desapercibida.
- Me permiten un momento a solas en mi camerino por favor. – le pidió a parte de su equipo.
Se marcho de ahí para refugiarse entre esas cuatro paredes. Necesitaba estar a solas con ella misma, poder encontrarse y juntar un poco más mas de fuerzas para continuar con el día, sabia que iba a ser complicado sobrellevarlo, pero no imposible.
Por otra parte, Andrés recién llegaba al lugar pues se le había hecho costumbre llegar siempre un poco tarde. Al entrar saludo a los compañeros que se encontraban allí y a los lejos vio al equipo de Aracely pero sin ella, se le hacia un tanto extraño así que antes de sacar conclusiones prefirió se acercarse a ellos.
- Hola chicos, ¿cómo están? – pregunto el moreno algo ansioso.
- Hola Andrés – respondieron todos a la misma vez
- ¿Ara ya llego? – los interrogo interrumpiéndolos sin dejar que estos le contestaran la pregunta que les había hecho anteriormente.
En su voz y en su cara podía notarse la preocupación que sentía por la actriz. Él sabía que hoy retomaría las grabaciones y el no verla ahí le causaba desesperación. Puesto que desde el segundo uno en el que volvieron a reencontrarse se habían vuelto muy unidos, habían formado una bonita relación laboral.
Durante todo este tiempo Andrés no dejo de estar al pendiente de ella, le hablaba día de por medio para saber como se encontraba o simplemente para hacerle saber que él estaba ahí para lo que ella necesitara.
- Se encuentra en su camerino, nos pidió un momento a solas. – le respondió Héctor.
- Ah, entiendo. Bueno yo también me iré a prepararme, ya no queda nada para comenzar. – dijo con la voz acelerada y se marchó.
Mientras caminaba se preguntaba si debía ir a verla o simplemente darle su espacio, de alguna forma después iba a cruzarla. Pero prefirió seguir sus impulsos y se dirigió hacia el camerino de la rubia.
Aracely ya había llorado lo suficiente y ya se sentía lista para poder seguir con este día. Se encontraba limpiándose la lagrimas cuando un golpe en la puerta la interrumpe.
- Andrés... ¿Qué haces aquí? – le pregunto extrañada ya que no era muy común que el la visitara en su camerino.
- Emm, quería verte y Héctor me dijo que estabas aquí, pero si necesitas estar sola puedo marcharme.
La actriz podía notar la preocupación de su rostro y se le hacia raro.
- No, quédate. – le dijo en un tono de súplica. No entendía porque se lo había pedido así, fue como si de repente alguien hubiese hablado por ella.
- Puedo pasar o vas a atenderme desde la puerta – le pregunto el moreno en un tono de gracia para cortar la tensión que había.
- Ah si, disculpa, pasa.
- No voy a preguntarte como estas porque esa pregunta me parece muy absurda. Solo quiero que sepas que puedes contar conmigo para todo lo que necesites y que confíes en ti porque vas a poder con esto, has vivido mucho y has salido de todo siempre, por más difícil que lo veas ahora podrás salir de esto también.
Podría haber seguido hablando, pero cuando vio las lágrimas en los ojos de la rubia sintió una enorme necesidad de protegerla así que la tomo del brazo y la acerco lo suficiente a él para atraparla en un abrazo.
Una mezcla de sentimientos se apodero de ellos, ninguno comprendía lo que estaban sintiendo, era como si un huracán les había pasado por su corazón y les había revuelto todo. Andrés solo tenia la necesidad de protegerla de todo lo malo que hay afuera, no quería soltarla. Y Aracely se sentía protegida en sus brazos, ella quería quedarse abrazada a él toda una vida.
Abrázame, por ahí no está todo bien ahí afuera, por ahí no podes decirme que todo va a estar bien, pero vos abrázame igual por que vos sos el abrazo que me salva un poquito del caos, vos abrázame que dure lo que dure yo me voy a sentir a salvo.
- Gracias Andrés. – le susurro tímidamente y lo abrazo aún más fuerte.
- No tienes que agradecerme Ara, yo hago esto porque te quiero. – no se había dado cuenta de las ultimas dos palabras que le había dicho, pero ya era muy tarde para regresar el tiempo atrás. Y no era porque se arrepentía, sino que no comprendía porque lo ponía tan nervioso expresarle sus sentimientos.
- Yo también te quiero. – le susurro.
Andrés se separo un poco, tomo su cara y se quedaron unos segundos viéndose, perdiéndose en los ojos del otro. Aracely acariciaba el rostro del moreno con total delicadeza. Él solo la miraba y admiraba cada faceta de su rostro sin maquillaje y pensaba que era la mujer más hermosa del mundo.
Se acerco y le dejo un pequeño beso en su frente, siguió por sus mejillas y nariz, se detuvo un momento para mirarla y en sus ojos pudo ver lo que necesitaba escuchar. Comenzó cortando toda distancia entre ellos, cuidando cada segundo antes de besarla, quería que este momento fuera especial, quería cuidarla y cuidarse porque lo que ambos estaban sintiendo era demasiado fuerte, le aterraba a él y estaba seguro de que a ella también.
Ya no podía más.
La beso tiernamente y a la vez con desespero, necesitaba sentirla. El beso estaba cargado de amor por parte de los dos, de miedo, de ansias y de satisfacción como si hubiesen esperado este momento durante mucho tiempo.
