"La verdad no me sorprende, no soy el mismo de antes, ¿por qué sigo aquí? Solo estorbo, ya perdí demasiados puntos para el equipo…" dudé; no tomé ni un sorbo de agua en el entretiempo, mejor sería que entrara alguien más en mi lugar.
Volvimos al campo, me puse atrás como siempre, en el lado izquierdo, al costado de Daichi. Iba a sacar Oikawa, otro punto perdido.
—¡Ukai-san!
Su voz… antes de que el oponente pudiera sacar, él apareció de la nada. El silbato sonó y ví mi número en el cartel, me acerqué sin creerlo, mi mente estaba confundida. Quería preguntar, saludar, un gesto o algo más.
—Relájate, céntrate, eres su guardián y su pilar, no lo olvides —sentí algo pesado en mi mano, miré y era una pulsera de tilo con un pequeño paquete.
El chico se alejó a tomar mi lugar, me fui a la banca y me senté sin palabras; abrí el paquete con cuidado y ahí había un dije/amuleto.
"Victoria asegurada" miré a la cancha de nuevo, él estaba salvando la pelota, sonreí como un idiota al verlo.
—Ve a descansar, entrarás luego de 7 puntos —asentí y me fui con los demás, me coloqué la pulsera en la muñeca y grité como nunca, para animar al ojo de halcón.
Atte. Nishinoya.
