¡NO PIERDAS EL TINO!

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— ¿A donde vamos? —cuestionó Messi mientras se subía al auto junto a los demás.

Si era sincero, no sabía a donde iban, apenas tenían dos días de haber llegado a México para pasar unas vacaciones y el solo siguió a sus amigos cuando le dijeron que iban a salir, aveces era muy confiado y no preguntaba, nunca sabía en donde terminarían y eso en muchas ocasiones, le ha dejado muy mal sabor de boca.

— A una posada. —le respondió el Dibu, mientras manejaba.

— Pero ya nos estamos quedando en un hotel, ¿para que queremos ir a una posada? —volvió a preguntar, haciendo reír a los demás.

— Vamos a una joda, Lio. —esta vez Dybala habló.

— ¿Y de quien es?

— No sé, pregúntale a de Paul, él nos invitó.

— No, no, por eso luego se hacen los chismes, nos invito un tal Alfredo Adame. —habló el mencionado y los demás lo miraron extraño, sin entender— ¿Qué? Me salió un tiktok donde nos invitaba a la posada de un tal Chucky.

— ¿Vamos a ir a la joda de alguien que NO conocemos solo por un video que viste?

— ¡El dijo que si no íbamos nos iba a dar unas patadas de bicicleta en el culo! ¡Yo prefiero ir! —se defendió.

Messi quería golpear a Rodrigo, sabía que hacía muchas imprudencias la mayor parte del tiempo, pero esto ya era pasarse. No sabían en donde se estaban metiendo ni con quien, ¿qué tal si les pasaba algo? El era muy joven para morir, tenía toda una vida por delante.

— Bueno ya, dejen de pelear. —dijo Kun desde el asiento del copiloto— Según el GPS, dice que ya llegamos a Tepito, ya estamos aquí, mínimo hay que divertirnos y aprovechar, no todas las jodas son gratis.

Todos bajaron del auto y cajuela, porque sí, para mala suerte de algunos, les había tocado ir ahí. Miraron cómo varios carros obstruían el paso, estaban atravesados en la calle, por lo tanto, iban a caminar. Messi y Julián se abrazaron, la gente comenzaba a mirarlos mucho y se sentían intimidados, el ambiente se sentía un poco pesado, conforme más avanzaban, la música sonaba más fuerte y los gritos de la gente también.

— ¡Hey, que tranza! —alguien se acercó para saludarlos— ¿Traen pisto?

Ninguno respondió, no sabían lo que aquella persona había dicho.

— ¿No son de por acá, verdad? —volvió a decir y negaron— Con razón. Bueno, soy Hirving, mejor conocido como el Chucky, el anfitrión de la fiesta. Pásenle, allá hay una mesa vacía, les recomiendo que no tomen nada que estos weyes les den, ustedes sírvanse y cualquier cosa me echan un pitazo y llegó en 1, 2 por 3.

Volvieron a quedarse callados, tratando de entender que tanto había dicho en tan poco tiempo.

— ¿No está aquí la persona que nos va a patear el culo, cierto? —cuestionó de Paul, haciendo carcajearse al otro.

— Este wey. —dijo entre risas— No, nadie los va a golpear, bueno, si alguno de ustedes es mala copa, pueda que si se armen los putazos, pero de menos, no creo. Cualquier cosa estoy allá. —y se fue hasta donde había otro grupo.

Los argentinos no dijeron nada y fueron hasta la mesa que Hirving les indicó, quedándose ahí, sin hacer nada durante unos minutos. Hasta que el Papu Beckham fue el primero en levantarse para ir a buscar algo de beber, después lo siguió Dibu y los demás poco a poco fueron tomando la confianza y seguridad de levantarse pese a las miradas que aún les daban. Lionel fue el único que se quedó ahí. Si sus amigos iban a embriagarse, mínimo tendría que haber alguien sobrio y ese sería él. No sabía que podía pasar y tendría que cuidarlos, como siempre lo hacía.

UN AMOR A PRIMER... ¡¿PALAZO?! | MECHOADonde viven las historias. Descúbrelo ahora