Hola, les traigo una nueva historia ItaSaku, espero y sea de su agrado. Esta primer Temporada está finalizada y la segunda está en proceso... ¡Nos leemos!
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_ Duerme conmigo Uchiha o tortúrame... Esas son las dos opciones que voy a dejarte. Pero antes de que decidas, déjame decirte otra cosa: si vas a dormir conmigo, vas a tener que satisfacer todos y cada uno de mis antojos. Si en algún momento quieres que pare, vas a tener que recurrir a torturarme. Entonces, ¿qué harás?
Como respuesta él la besó y ella sonrió entre el beso "veamos qué tan dispuesto estarás"
Ambos estuvieron besándose por varios minutos mientras recorrían con sus manos el cuerpo del otro, logrando que las temperaturas de sus cuerpos se elevaran aún más.
_ Baja _ ordeno ella luego de abandonar sus labios. Él la miró a los ojos y notó cómo estos estaban rojos. Ya no había rastro de los jades.
La transformación estaba comenzando y estaba haciendo estragos con ella.
Itachi, se apartó un poco y luego la tomó de los glúteos y la levantó para luego depositarla sobre el sillón más cercano. Seguidamente, tomó la pierna derecha de ella y la colocó sobre su hombro y comenzó a besar y lamer la parte interna del muslo.
Sakura suspiró placenteramente y fijó sus ojos en su rostro, en sus gestos.
_ Me gusta _ informó ella con honestidad. Él dejó de lamer y sonrió suavemente
_ Y aún no he empezado _ dijo él para luego sacar la lengua y sin apartar sus ojos negros de los rojos de ella, se fue acercando hacia la cavidad inferior femenina, a la cual lamió luego de correrle la tanga hacia un lado.
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_ Joder! Eres la cosa más sexy que han visto mis ojos _ dijo ella y luego apoyó su cabeza contra el respaldo del sillón.
El pelinegro tomó la pierna izquierda de ella y también la acomodó sobre su hombro para luego enterrarse entre ellas y devorar todo a su paso...
Su larga lengua hacía gemir a la pelirrosa quien no se esforzaba en tratar de esconderlos. Itachi tuvo que sellar la casa e insonorizarla...
Sólo él podía escuchar tan sensual voz...
_ Di mi nombre _ de pronto, él se detuvo y la miró fijamente. La protesta de ella no tardó en llegar
_ No te detengas bastardo _gruñó ella mientras le mostraba sus colmillos los cuales habían crecido un poco más al igual que sus uñas
