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( ⭑. 𝘤𝘩𝘢𝘱𝘵𝘦𝘳 𝘰𝘯𝘦 ) " 𝙽𝚘, 𝚗𝚘 𝚗𝚘𝚜 𝚌𝚘𝚗𝚘𝚌𝚎𝚖𝚘𝚜 "
𝐎 𝐌 𝐍 𝐈 𝐒 𝐂 𝐈 𝐄 𝐍 𝐓 𝐄
——— oi. 𝘴𝘦𝘷𝘦𝘯 𝘺𝘦𝘢𝘳𝘴 𝘢𝘧𝘵𝘦𝘳. (𝟐𝟎𝟐𝟏)
𝑨𝒄𝒕𝒖𝒂𝒍𝒊𝒅𝒂𝒅 - Madrid, España.
Zoe Fernandez nunca ha sido una persona fácil, muchos dicen que tal vez su personalidad es muy ruda pero la verdad, esa actitud suya la ha mantenido viva y fuerte toda su vida.
Su infancia y adolescencia son cosas que en la actualidad, no le gusta recordar, le amarga el pensamiento con los malos recuerdos y la culpa la arrastra a preguntarse por qué la vida habrá sido tan injusta con ella, al fin y al cabo, solo era una niña cuando experimentó el dolor de una pérdida enorme — dejar a su segunda familia atrás — le dolía más que una pérdida de un ser querido, por la sencilla razón de que sabía que ellos seguían vivos y exactamente qué era de sus vidas.
El pensamiento de aquel canario de ojos cafés le traía no más que ganas de llorar, tristeza y orgullo combinados en aquel sentimiento que la golpeaba diario cuando despertaba y recordaba en donde estaba, Zoe sabía que era de ese que alguna vez fue su mejor amigo y en realidad, estaba más que feliz por el, ella nunca dudó de su talento y el potencial que siempre demostró, hacía magia con el balón entre los pies, verlo jugar siempre le había parecido hipnotizante, por eso, cada que el Fútbol Club Barcelona tenía un partido, Zoe abría un espacio en su agenda para observar el partido, o más bien, a él, eso la ayudaba a extrañarle un poco menos.
La culpa la carcome todos los días sabiendo que, hoy en día, tiene todos los recursos para ir a visitarlos, hablar con ellos, recuperar su relación, pero la cobardía ganaba siempre esa batalla mental que tenía casi todos los días.
Por cosas como estas, Zoe era una persona muy difícil de conocer, tenía las barreras muy altas por miedo a encariñarse tanto con alguien otra vez para perderlos después, pero, hubo una persona que fue muy paciente y comprensiva de su situación, tanto, que logró traspasar las barreras de esa niña tan dañada y terminó convirtiéndose en el rayito de sol en su día a día, la persona que le confirmaba que, no siempre las situaciones son las mismas e hizo que confiar otra vez, se volviera muy fácil; Marián Martínez, una rubia ojiazul con un carisma destacable, fue el pilar que Zoe necesitaba.
Su amistad podría considerarse "cliché" ya que tres días después de la llegada de Zoe al nuevo colegio en Madrid, Marián decidió que ella sería su amiga y desde entonces son inseparables; juntas descubrieron una pasión en común un año después de conocerse, el voleibol, ambas eran muy buenas en aquel deporte también lo cual nos lleva al día de hoy, las chicas gracias a su indiscutible talento lograron convertirse en jugadoras de élite en dicho deporte y se encargaron de asegurarse un lugar para los juegos olímpicos en Tokio con la selección nacional española en los equipos femeniles.
