ɴᴏ ᴍᴀꜱ ᴀᴅᴍɪʀᴀᴅᴏʀᴇꜱ - ᴊᴀʏᴡᴏɴ

¡No más admiradores!

Jay toda su vida se había considerado un alfa calmado, él y su lobo siempre estaban en sintonía y por esta razón nunca había tenido un choque de emociones donde su lobo tenga que intervenir, es decir, siempre fue independiente de su parte alfa y por lo tanto no tendía a ser un neandertal territorial como la mayoría de los alfas solía ser. Ni siquiera había experimentado aquello llamado "celos".

Pero eso estaba por cambiar y le estaba carcomiendo su preciada mente mientras veía como su novio salía de su aula con chocolates, una rosa y otra carta con seguramente palabras cursis o en como en algunos casos obsenidades que hacían que su sangre comenzara a hervir.

-¡Hyung!- su lindo omega corrió a sus brazos cuando lo vio esperándolo, con sus brazos extendidos listos para un abrazo.

-¿Qué dice esta vez? -pregunta cuando este le da un abrazo, refiriéndose a la carta que tenía entre sus manos.

-Uh, hyung será mejor que no lo ...- muy tarde Jay ya tenía la carta entre sus palidas manos, leyendo en silencio.

"Querido Jungwon:

Eres tan hermoso, todo de tí lo es, ya puedo imaginar como serán nuestros cachorritos..."

Antes de seguir leyendo Jay arrugó la nota en la palma de su mano, no estaba interesado en leer aquel par de comentarios desubicados con respecto a su novio.

-Te dije que era mejor que no leyeras hyung- el menor rió mientras comía su chocolate y con su otra mano jugueteaba con la rosa, le parecía un poco exagerada la reacción del alfa, pero a fin de cuentas eso era, y su naturaleza empezaba a obligarlo a comportarse de esa manera, no compartía el pensamiento pero entendía que era incontrolable.

En un principio era hasta divertido, Jay se reía de aquellas cursilerias que escribía ese tonto admirador, pero con el paso del tiempo se dio cuenta de que el supuesto admirador no iba a parar, además escribía cosas del cuerpo de su novio, cosas asquerosamente explícitas, que lo llenaban de un extraño sentimiento, uno que no estaba del todo bien. Y esa fué la primera vez que Park Jongsung sintió celos y miedo de perder a alguien.

-¡Tú!- gritó el alfa al ingresar a la cafetería, Jungwon a su lado se exalto.

Kim Sunoo , un dulce y amable omega, que se encontraba tranquilamente comiendo su sándwich, escuchó el fuerte grito de aquel alfa y se dió cuenta de como su mirada aniquiladora se dirigía a él, se señaló a si mismo con el dedo índice y Jay asintió acercandose a él.

-Jay ¿que haces?- pregunta el omega,Jay camina a paso rápido y ya está casi encima de Kim.

-¿Eres tú verdad?- pregunta tomandolo del cuello de su camisa, mostrando el rostro más intimidante que pudo hacer muy cerca de la cara del contrario.

-¿Y-yo? No-no se de que habla Jay hyung- dice el omega asustado.

-¡Jay!, suelta a Sunoo hyung- su novio lo aparta, y abraza al chico intentando calmar al asustadizo omega- ¿Cómo piensas que Sunoo hyung escribiría esas cosas?

-Te estaré vigilando-dice entrecerrando sus ojos.

Jay era fiel creyente que las apariencias engañan, nunca se podía confiar plenamente en una persona que parece ser el ser más inocente por su parte Jungwon acariciaba al asustadizo omega hasta que este empezara a calmarse un poco, estando apenado del acto de su novio, no reconocía a Jay.

-Yo no hice nada- Sunoo susurra para Jungwon.

-Lo sé hyung, no le prestes atención a Jay, creo que no se tomó las pastillas de la tensión o quien sabe, quizás tomó muchas — lo abraza y le dedica una sonrisa cuadrada -Debo irme hyung, solo no tomes en cuenta lo de Jay, me disculpo por eso.