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Chuuya pasaba metido en una encrucijada entre su trabajo como barman, y sus intereses personales.
Primero, siempre quiso ayudar a sus padres mientras estudiaba en la universidad, así que eligió algo en lo que era bueno en su adolescencia.
Mezclar tragos para la gente; el consumía, pero de forma moderada, tal vez por la experiencias o por lo que ha visto, no suele excederse en lugares públicos, a no ser que este con sus amigos.
Como decía, hace muy poco había un chico que se sentaba afuera del bar a leer un libro en las tardes sin mayor contexto, Chuuya al principio no le daba importancia, hasta que un día dos hombres empezaron a empujarlo para que se levantara.
Dos hombres que frecuentaban el bar y eran conocidos por ser problemáticos.
De inmediato se levanto en el auxilio del chico, limpiándose las manos y re acomodando sus guantes negros con pequeñas piezas de metales curvos en caso de que quisiera romperle la cara a alguien.
Y en esté caso era así.
Salió del bar con el ceño fruncido, apartando a los dos hombres del chico que ahora que lo veía mejor, era pelinegro y llevaba lentes.
Los hombres le dieron un empujón entre ambos, pero al ver que Chuuya no se movió mas de cuatro centímetros desde su lugar, la sonrisa se les borro de la cara.
Chuuya empezó a dar saltitos en su lugar, moviendo los puños como un boxeador, y al pestañeo de uno de ellos, el pelirrojo lanzó un golpe directo a la quijada del contrario, acompañado de un rodillazo en su entrepierna.
Cuando se dio vuelta a seguir con el siguiente, su gerente salió del bar. Donde el hombre que quedaba de pie empezó a lloriquear.
El gerente no se podía ver mas molesto, por lo que solo agarro de la camisa a Chuuya y le dijo que se largara de su bar.
El pelirrojo no dijo nada, de forma muda busco sus cosas, dejo el uniforme y salió de la cantina.
Ni siquiera volteo a ver al pelinegro por la vergüenza de ser humillado de tal forma. A lo más tapo su cara con una parte del sombrero, bajándo el final hasta su nariz.
Y en realidad, él pelirrojo no tenía idea de lo que había dejado en la memoria del otro.
Su camino a casa no fue muy largo, su cabeza estaba llena de pensamientos, que con cada paso se volvían mas ruidosos.
Se preguntaba tantas cosas, pero las que mas estaban presentes en su cabeza, eran sobre la universidad.
No es algo de sorprender lo costoso que puede ser alcanzar la cantidad de dinero para completar tu educación superior, pero lo hace mas difícil cuando tus padres estan separados, y a penas se hablan. El ingreso se divide en dos, si es que no mas de eso.
Mientras mas sumas y restas pasaban por su cabeza, se dirigía a su apartamento tarareando una canción que le permitía volver a funcionar con normalidad.
Abrió la puerta, dejando sus cosas tendidas en la puerta, siendo recibido por el pequeño perrito que movía su cola de felicidad.
Lo alzo en brazos mientras se tendía en la cama. Y mientras acariciaba su perrito, se le ocurrió una idea.
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Deseo (Chuuaku)
FanficChuuya se encuentra con un pelinegro esperando en una banca todo el tiempo durante las horas de su trabajo de medio tiempo, no se atreve a hablarle hasta que ve al otro en peligro, lo que no sabe es que el chico lo llevaría a una situación que nunca...