Naroa
Llego al bar de los tíos de mi mejor amiga y la llamo para que sepa que estoy fuera.
-¡Nar! -grita mi amiga y corre a darme un abrazo.
-Pauuuuu -digo yo emocionada.
Mi mejor amiga, siempre que podía venía a Almería a verme, pero entre trabajar en el bar de sus tíos por las mañanas y la universidad por las tardes era casi imposible compaginar para venir algunos días a Andalucía.
-Perdona que tengas que venir hoy por la tarde, pero hay partido y esto se llena muchísimo -dice ella abriendo la puerta del bar para entrar.
-No pasa nada, así me adapto antes -digo sonriendo.
-Ahora que ha empezado la temporada estamos a tope -dice mientras entramos a las cocinas del bar.
Me enseña el bar y las cosas básicas que necesito saber para ir empezando. La tarde pasa tranquila, pero a las 10 de la noche mi cara cambia cuando el tío de mi mejor amiga Paula abre la puerta de atrás del restaurante para recibir a los jugadores del Atlético de Bilbao que acaban de terminar el partido y como cada noche después de un partido vienen a cenar aquí.
-Tía, Unai -dice mi mejor amiga y yo trago saliva.
Él no tarda en verme y acercarse hacia donde estamos mi amiga y yo.
-Hola -dice él ya enfrente nuestra.
-Cuanto tiempo Unai ¿cómo estás? -pregunta mi amiga cosa que agradezco, ya que no quiero hablar con él.
-Bien celebrando la victoria -dice él y yo aprovecho para mirar el móvil y tener una escusa para no mirarle a los ojos.
-Me alegro -dice mi amiga sin mucho más que decirle.
Sé que Pau le tiene rencor a Unai después de lo que me hizo.
-Naroa ¿podemos hablar un momento? -pregunta y mis ojos se encuentra con los suyos por primera vez.
-Tengo mucho trabajo -digo escudándose.
-Solo un minuto, es sobre mi madre -dice el que capta la atención de las dos.
-Nar voy a tomar nota, ahora vuelvo -dice mi amiga y mira por última vez a Unai.
No es hasta que mi mejor amiga se va que Unai no empieza a hablar.
-Le encantaría poder verte de nuevo y a tu hijo -dice y sus palabras provoca una sonrisa en mi cara.
Dafne es un amor de persona.
-Dile que a mí también -digo y él asiente.
-Le gustaría volver a quedar contigo -dice él, pero añade algo más -y a mí también.
-Dame su número para llamarla y quedar otro día -digo y él asiente sacando su teléfono.
Me da el número de su madre y yo intento irme, pero él agarra mi brazo para que no lo haga.
-Déjame en paz Unai -digo y él parece darse cuenta de algo y asiente.
Procedo a salir, pero antes dice algo.
-Por favor, perdóname.
Suspiro y vuelvo a entrar a "la sala de los futbolistas" apartados de todo el mundo.
-Naroa -dice sorprendido Iñaki.
-¿Iñaki? Madre mía estás igual -digo y él se ríe.
-Tú también -dice él y yo sonrío.