If yo let me take your hand

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Durante el siguiente mes la familia Lim estuvo visitando a los Park cada fin de semana. Se quedaban a almorzar o cenar dependiendo de la hora en la que llegaran, esto para forjar lazos y entablar las bases de la convivencia que debía perdurar de ahora en adelante.

Lim Jae Beom estuvo yendo por lo menos dos veces a la semana y llevaba consigo presentes para sus padres y hermanos, claro, sin dejar de lado a JinYoung. No entendía su actuar, él ya no necesitaba de aprobación y JinYoung comprendía que debía hacerlo para causar una buena impresión ante ellos. Hasta cierto punto lo dejó pasar, el hombre podría hacer lo que quisiera con su dinero, tenía entendido que además de la herencia majestuosa de su familia también ganó mucho dinero durante los años que estuvo activo en el ejército, o eso fue lo que escuchó en uno de los almuerzos.

Sin embargo, JinYoung no se sentía cómodo con las atenciones que estaban demás, era innecesario, por lo que armándose de valor un día le hizo saber a su prometido lo que opinaba al respecto.

—Lo llevaría a dar un paseo por la ciudad, me imagino que no encuentra atractivo estar todo el día en casa. —Lim dobló el periódico y lo colocó sobre la mesa, estuvo leyendo rápidamente los sucesos más relevantes mientras se tomaba una taza de té acompañado de pequeños pedazos de papa. Tal parece que un poco de pan no es suficiente para iniciar su día. —Es una lástima que conozca poco sobre sitios cómodos aquí.

—¿No es de su agrado el panorama de la ciudad?

—Lo encuentro poco cautivador.

JinYoung se comió el último trozo de pan con mantequilla en su plato, y siguió con la plática una vez que bebió lo último en su taza y se limpió la boca con una servilleta. —Seguro pasa un calvario viviendo aquí.

—En realidad, joven JinYoung, yo no vivo aquí.

JinYoung lo miró intrigado. —¿Vive a las afueras?

—Sí, podría decirse. Es por eso que no me encuentro cómodo, aunque supongo, a partir de ahora tendré que acostumbrarme si usted prefiere los pasatiempos citadinos.

Muy sorprendido no estaba, Lim Jae Beom era acreedor de un perfil reservado, que tuviera gustos ostentosos y diversiones extrovertidas sería lo extraño.

—Mi vida social tampoco es de esa clase. Los únicos lugares a los que suelo ir son las cátedras, los museos y el teatro. —le explicó. —El parque nacional es muy bonito, según he escuchado, pero no he tenido la oportunidad de verlo con mis propios ojos.

—Si acepta, entonces le propongo ir cuando me desocupe. Mientras tanto, espero que las reuniones como esta y los obsequios sean suficientes.

—Estaría encantado de ir.

—Por cierto, ¿qué piensa sobre el obsequio que le di?

—Está muy bonito, gracias.

—No le veo muy convencido.

JinYoung miró alrededor para cerciorarse de que nadie estaría escuchando, y con nadie se refería a sus hermanos o madre, que de vez en cuando se escabullían por los corredores para llegar hasta donde se encontraran y así pudieran echar una mirada. Para él resultaba muy incómodo, siempre se ponían en una dirección que impedía a Lim verles, pero bien que JinYoung podía ver de lejos las señas de sus manos. Simplemente los ignoraba.

En esa ocasión Lim Jae Beom llegó temprano por la mañana para poder tomar el desayuno junto a JinYoung. Desde que sus visitas dieron inicio tuvo que resignarse a salir de la cama a una hora específica, ya que no sabía cuándo ni en qué momento su prometido llegaría y desde luego, no podía presentarse con sus prendas de dormir. Como han sido varias veces ya se ha acostumbrado a levantarse cuando el ajetreo de la casa se cuela debajo de las puertas y atraviesa las paredes.

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⏰ Última actualización: Dec 21, 2022 ⏰

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