Especial de Navidad.

Muérdago

La navidad llegó a Konoha, y como era de esperarse la gente del pueblo celebraría a lo grande en ésta época, las calles estaban cubiertas con una ligera capa de nieve resultado de las últimas nevadas, pero hacían un lindo contraste con la luces y decoraciones que los aldeanos habían hecho a sus casas y las calles.

En una florería una rubia de ojos celeste hacia la entrega del último pedido de ese año ya que por ser navidad su madre decidió no abrir el lugar hasta el próximo año.

Un suspiro escapó de sus labios después de sonreírle al cliente que ahora salía del local, la verdad no se sentía muy emocionada a pesar de la fecha, sino todo lo contrario, se sentía muy triste, hace más de un mes que su novio se había ido a un viaje por cuestiones laborales, y le informo que era muy probable que no pudiera estar presente en esas fechas para pasarla con ella, eso por supuesto que la molesto aún así no quiso discutir con el, pues hace poco tiempo que el hombre de sus sueños se había estado comportando extraño y ella temía que quisiera terminar la relación, pues las cosas estaban a si de graves a sus ojos.

Ella había conocido al susodicho hace más de un año cuando vino al pueblo que la vio nacer en busca de inspiración para su próximo libro, pero está era la primera navidad que pasarían juntos y lo que era más, la primera navidad con novio.

Su relación era tan diferente a la de sus amigos, todos se conocían desde que eran unos niños y casi desde el principio se sabía quiénes podrían formar pareja, todos tenían a ese alguien desde tan temprana edad menos ella, bueno algunos de sus amigos también pero de las chicas ella era la única quien no tuvo ese mejor amigo que luego sería algo más, lo aceptaba ella tenía cierta envidia, no es que no estuviera feliz por sus amigos pero no podía evitar desear tener lo que ellos tenían, Sakura tenía a Sasuke, Hinata tenía a Naruto, Temari tenía a Shikamaru, Tenten a Neji, incluso Kiba tenía una novia que es menor que él, pero llevaban mucho tiempo juntos y al vivir en un pueblo pequeño son amigos desde siempre.

Recordaba que en su niñez pensó que como todos los demás ya tenían a ese alguien ella quedaría con Kiba, pero nunca hubo chispa de parte de ninguno, aún así cuando se enteró de que el tenía novia ella se sintió desesperada, y daba por hecho que se quedaría sola por el resto de su vida, eso era lo malo de los pueblos pequeños había pocos partidos contemporáneos para ella y la mayoría ya estaba apartados lo peor es que lo que quedaban libres no eran de su gusto, no la mal entiendan ella le tenía cariño a Lee y a Shino pero nunca se vio al lado de ninguno.

Sacudió su cabeza para alejar esos pensamientos, ya vería que pasaría después, cuando regresara su chico; por ahora solo le quedaba ir a arreglarse para la fiesta que había organizado una de las familias más antiguas de ese lugar, los Hyuga.

Ino: ayyy debo darme prisa.- dijo cerrando el local y emprendió su viaje a casa para prepararse para la ocasión.

[...]

Por otro lado, un hombre de piel pálida, de ojos y cabellos negros se encontraba de regreso al pueblo en donde vivía desde hace poco más de un año cuando se fue en busca de inspiración para su libro, misma razón por la cuál se había tenido que ir hace más o menos un mes, ya que tenía que arreglar los últimos detalles para que la editorial pueda publicar su nueva historia.

Se sentía nervioso; le había tenido que mentir a su novia para darle una sorpresa, sabía que ella estaba enojada con él y le sorprendía que no se lo hubiese hecho saber cuándo le dijo que no regresaría para pasar la navidad con ella, pues ella tenía un carácter bastante impulsivo y escandaloso todo lo contrario a el que era muy serio e introvertido, tal vez lo único que ambos tenían en común era esa lengua afilada que los caracteriza a ambos, ninguno se guardaba nada y no medían sus palabras, razón por la cuál terminaba enfrentándose, como había estado pasando en los últimos días antes de su viaje.