Estoy bien

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Tres días más se pasaron como agua para todos, excepto para el arquero del equipo tricolor quien los había pasado recluido en su habitación, comiendo y bebiendo agua solo por la obligación que tenía por contrato de mantenerse sano durante los partidos, esa obligación que lo había mantenido vivo durante los últimos años. Únicamente había estado saliendo para asistir a los entrenamientos, y en cuanto estos terminaban se iba a las prisas para evitar tener que dar explicaciones a sus amigos, quienes ya se encontraban realmente preocupados por su comportamiento.

México estaba a punto de salir al campo para enfrentarse contra Polonia, equipo verdaderamente imponente que les daría la bienvenida al Mundial 2022, las cámaras pasaban una y otra vez por enfrente de cada jugador y ellos trataban de ocultar sus nervios y mostrarse seguros, quizás con el único propósito de darles seguridad a sus compatriotas que los veían desde las gradas o desde la televisión.

Gerardo Martino, su director técnico los reunió a todos para planear su estrategia, y una vez que estaban todos atentos, el de manera muy poco profesional habló. -Va a ser estilo frontal, traten de no cagarla y jueguen decente- Dio una palmada en el hombro de Andrés Guardado y se alejó del lugar dejando a todos confundidos y muy enojados.

-¡¿Es todo lo que nos va a decir?! ¡Los polacos no llevan planeada ni la mitad de su estrategia y este culero solo nos dice estas mamadas!- Reclamó Kevin Álvarez indignado.

-No le hagan caso a ese wey, lo vamos a hacer muy bien, traemos excelentes jugadores y podemos ganarles siempre y cuando tengamos buena comunicación en cancha- Habló Andrés Guardado, a pesar de que él también se sentía enojado y preocupado por las consecuencias que la incompetencia del director técnico podían causar, era su deber motivar a los demás para que al menos la goliza no fuera tan humillante.

Finalmente salieron a la cancha con el único objetivo en mente de defender la portería a toda costa y aguantar lo más que les fuera posible, entonaron los himnos tratando de encontrar calma y consuelo en aquellas letras patrióticas, se acomodaron en sus posiciones y todos tragaron saliva nerviosos cuando se dio por iniciado el juego.

El guardameta a duras penas podía concentrarse y trataba de mantener la mirada específicamente en el balón, se sentía tan débil que por un momento incluso pensó en declararse incompetente para continuar con el partido y buscar alguien que lo relevara, pero cada vez que el balón entraba a zona mexicana lograba espabilarse lo suficiente como para defender la portería.

Para el minuto nueve México ya había tenido que defender tres balones detenidos en su área y todos estaban tan nerviosos que casi podía cortarse con un cuchillo la tensión en aquella cancha, Guillermo que ni siquiera había desayunado sentía que su corazón se detendría en cualquier instante.

Cada vez que los polacos se acercaban a su lado de la cancha, los mexicanos tenían tan solo un par de segundos para lanzarse una que otra mirada o seña y rezar por que el otro lo entendiera y pudiera pasar el balón, llevarlo al centro, avanzar o intentar meter un gol, lamentablemente era la única organización con la que podían contar.

Eran todos jugadores maravillosos cuyo talento se veía limitado por su propia selección, que estaba hundida hasta el cuello en la corrupción, y eso era demasiado frustrante.

Finalmente llegó el medio tiempo y todos pudieron respirar por un momento, habían logrado sobrevivir la mitad del partido.

Se acercaron al Tata Martino exhaustos y lo miraron con una mirada casi suplicante, esperaban que el hombre ya habiendo visto el panorama y habiendo analizado las jugadas del rival pudiera darles una indicación que mejorara la estrategia.

-Por favor...- susurró Ochoa, suplicando que Gerardo les diera cuando menos luz verde para mejorar la jugada, pero lo único que recibió fue una mirada altiva por parte del director.

-No hay cambios, y al que se atreva a chistar lo mando a calentar la banca durante el resto del mundial- La ira se formó en el interior de los presentes y tuvieron que contenerse para no arrancarle las canas de la cabeza al hombre, les tocó resignarse una vez más y volver al partido.

Todos estaban demacrados física y emocionalmente, estaban cansados de tantas injusticias y de no poder actuar al respecto, intentaban retomar el ritmo a toda cosa pero Polonia seguía firme detrás de ellos, haciéndolos temblar de nervios.

Al llegar el minuto cincuenta y seis Héctor Moreno en su desesperación por defender la portería le dió un jalón a la camiseta de Robert Lewandowski, delantero contrario. Sus compañeros sudaron frío cuando el árbitro marcó penal para Polonia.

No se habían percatado del estado de Guillermo durante el juego, pues estaban muy concentrados en otras cosas, cuando lo vieron completamente pálido y tambaleante sintieron que era su fin, solo les quedó cerrar los ojos y prepararse para recibir su primer gol.

Memo inhaló y exhaló un par de veces sintiendo el miedo recorrerle por toda la espina dorsal, se posicionó sobre su línea y una lágrima imperceptible para las cámaras cayó por su mejilla, estaba cansado, cansado de las decepciones, del sufrimiento, de las injusticias, de fallar. Sintió que tenía que hacer al menos algo que le devolviera un poco de emoción y sentido a su vida, y entonces enfocó aquel balón, y con una fuerza de voluntad sacada quien sabe de donde logró desviarlo de su portería con los puños.

Cayó al piso y al instante comenzó a escuchar los vítores de la afición y los gritos de sus compañeros que se acercaban corriendo a él y lo abrazaban.

-¡Eres un chingón mi Memo! ¡Eres la verga!- Su gran amigo Andrés lo abrazó y lo besó él la cabeza.

El número trece no pudo evitar romper en llanto y solo escondió su cabeza en el pecho de Chucky para que las cámaras no lo vieran

Nos salvaste cabrón! ¡No chilles!- Lozano acarició sus rizos con cariño y limpió sus lágrimas. -Gracias Memo, gracias por tanto-

Esas palabras lograron hacerlo sonreír y sentir algo de paz en su alma, no todo era malo después de todo.

El resto del partido se desenvolvió con bastante naturalidad, la selección Azteca se sentía mucho más tranquila después de aquella atajada tan magistral y la tensión disminuyó significativamente, ayudándolos a llegar al pitido final con cero goles y un empate bastante limpio que los mantendría dentro del mundial por un rato más.

Horas después de la competencia todos volvieron al hotel y se reunieron al lado de la piscina para celebrar su prometedor debut, llevaron algunos refrescos ya que no se les permitía tomar alcohol y se sentaron a platicar y escuchar música de Juan Gabriel, Luis Miguel y mariachi.

-Wey estuvo increíble, al chile yo si pensé que íbamos a valer madres, pero ve nomás, aquí estamos festejando lo fregones que somos- Dijo Alexis Vega para luego darle un trago a su bebida.

-La mera verdad se lo debemos a San Memo, de no ser por ese paradón ahorita ya estaríamos lo que le sigue de descalificados- Kevin Álvarez abrazó a Paco Memo, él era sin duda alguna quien estaba más agradecido, era su primer mundial y no quería tener la mancha en su carrera de haber sido descalificado durante el primer encuentro.

Ochoa se sentía feliz, pero también estaba muy cansado, así que tras unos minutos más conviviendo con los demás les avisó que se retiraría a dormir y les agradeció por todo.

Dio la vuelta y se dirigió de nueva cuenta al edificio cuando tres personas lo detuvieron, eran sus amigos, Andrés, Chucky y Kevin.

-Guillermo... ¿tienes unos minutos? Nos gustaría hablar contigo- Fue Guardado quien tomó la palabra esta vez

Memo supo exactamente de que querían hablar por aquel tono de voz tan serio, aceptó porqué sabía que estaban preocupados y solo querían ayudarle. -Claro, vamos a mi cuarto-.

Odiaba hablar de sus emociones negativas, porque siempre tenía que mentir y decir que estaba bien aunque no fuera cierto.













Dos capítulos en un día para compensar mi pinche falta de compromiso khdjsihdjw.

Dame un tiempo -Messichoa- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora