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Cuando Jeongin despertó, supo enseguida que estaba solo

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Cuando Jeongin despertó, supo enseguida que estaba solo.

Se removió entre las suaves sábanas, suspirando por las ganas de quedarse en la cama, pero sabía que no correspondía. Ese día debía lavar la ropa blanca de la semana, además que tenía una cita a la que ya dijo que asistiría.

Giró en la cama, quedando boca arriba, y sintió el semen escurriendo por su agujero. anudó dos veces la noche anterior, con Jeongin tan cansado que no se molestó en ir a limpiarse. Mejor así, el omega estaba un poco preocupado por no estar embarazado todavía. Chris no le decía nada ni le presionaba por eso, pero Jeongin tenía un deber qué cumplir con su marido.

Suspirando, terminó por ponerse de pie para ir a darse una ducha. Chris había salido dos horas atrás para ir a su trabajo. A veces, Jeongin despertaba con él e iba a prepararle el desayuno, aunque en otras ocasiones no era así. Chris era bastante autosuficiente en ese sentido, pero a Jeongin le sentaba un poco mal no poder servir al alfa como correspondía.

El próximo mes sería el aniversario de matrimonio. Cumplirían cuatro años de casados, y Jeongin esperaba que Chris no lo olvidara como el año pasado. Le hacía mucha ilusión recibir alguna atención de su esposo, por pequeña que fuera, a pesar de que Chris no fuera un alfa demasiado cariñoso. Al omega no le gustaba pedirle demasiado, sin embargo, se sentía bien saber que su marido le quería.

Ambos se casaron cuando Jeongin cumplió los dieciocho años y terminó la secundaria. Había sido un matrimonio arreglado entre ambas familias, que pertenecían a la aristocracia del país. Una fortuna para Jeongin, que era omega, pues muchas personas veían a los omegas machos como una desgracia. Sus padres no estaban muy contentos con él en ese sentido, pero se encargaron de arreglarle un buen matrimonio que trajera beneficios a la familia.

Básicamente, los padres de Chris tenían una deuda de dinero con la familia de Jeongin. Sus papás decidieron perdonar dicha deuda, si el hijo de los Bang aceptaba a Jeongin como pareja. Ellos se conocieron en una cena, Chris le echó un vistazo y dio su veredicto.

—Está bien, no tengo problema en casarme contigo —comentó, tranquilo y sin una señal de asco.

Chris estaba saliendo de la universidad en ese momento, con veintitrés años. A Jeongin le gustó mucho el porte elegante que tenía, su piel pálida y el aroma a cítricos que soltaba. Estudió Derecho y pronto entraría a trabajar en la empresa de sus padres.

Así que ellos salieron por un mes antes de casarse e irse a vivir solos. Jeongin estaba muy asustado al inicio, sin embargo, Chris fue amable y paciente con él, y no le había tratado mal en ningún momento. Es decir, a veces discutían, pero nunca escaló a una pelea fuerte. Jeongin siempre solía retroceder con rapidez, fue criado para someterse y era algo que salía naturalmente en él. No le gustaban los conflictos, y menos si eran con un alfa. Peor aún, si eran con su marido.

Tal vez, si Jeongin tuviera que definir su vida, diría que era un poco aburrida. No pasaban demasiadas emociones en su vida. Solía quedarse en casa gran parte del día, limpiando, ordenando o lavando ropa, esperando a que Chris llegara. Cuando el alfa regresaba, tenía la cena lista, comían, e iban a tener sexo. Incluso el sexo podía ser un poco aburrido, al menos para Jeongin, que no lo disfrutaba particularmente. Al inicio sí, pero Chris fue dejándose cada vez más, y a veces follaban hasta que el alfa quedaba satisfecho. Podía haber noches en las que Jeongin no tenía ningún orgasmo, pero Chris acababa, y las cosas terminaban allí.

Bloom ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora