𝑷𝑹𝑶𝑴𝑬𝑺𝑨 [One-shot]

𝑷𝑹𝑶𝑴𝑬𝑺𝑨

Enid tiene 10 años estando en quinto de primaria, junto a su amiga que muchos consideraban aterradora e insensible la famosa Addams.

Siendo protegida por la azabache, bueno nadie se metería de igual manera con la rubia por estar siempre a lado de la Addams. Tenían miedo.

Era un día tranquilo un martes, les tocaba religión, matemática y ciencia y tecnología.

La azabache se sentaba a lado de la rubia quien estaba feliz y emocionada por que en ciencia y tecnología iban a ir a informática para usar unas pequeñas computadoras.

La azabache solo pensaba el, ¿Como rayos se volvió amiga de Enid?, Claramente eran opuestas en todo a la Addams le gustaba lo oscuro y casos de asesinatos en debes que a Sinclair quien le gustaba lo colorido y los dibujos animados.

La hora de matemática llegó, la azabache resolvía mientras le explicaba a la rubia sobre cómo resolver el problema matemático.

Solo era multiplicar fracciones enteras, algo fácil para la azabache y difícil para la rubia.

La campana suena, indicando que era la hora de recreo, todos salen en debes que la azabache y la rubia.

—¡Vamos!, ¡Hay que salir!—le pide Sinclair.

—No—dice decidida Addams.

—¡Por favor!—le pide la rubia.

—No—sigue con esa decisión la azabache.

[...]

La azabache no sabía cómo estaba afuera del salon mientras veía como la rubia jugaba con unas niñas a salta cuerda.

Estaba sentada en el suelo, mientras miraba como la rubia sonreía y reía, si si la dos niñas que jugaban a lado también reían pero no era de su importancia esas niñas, solo la rubia.

Notaba ese brillo especial en los ojos de la rubia, su brillante sonrisa que brillaba como tal sol. Su rostro en un momento mostró asco, no le gustaba mucho esos pensamientos hacia su única amiga.

La Addams piensa que los sentimientos en una persona era símbolo de ser débil y un blanco para los bravucones.

Claro por eso la azabache estaba acá para cuidar a la rubia, aunque aún no quiera admitirlo.

Miro otro lado, notando a unos chicos de 14 años hablando sobre algo entre ellos al parecer les daba gracia, la azabache noto como uno de los chicos —que eran tres—, miraba a la rubia.

Le dio una rara sensación, se levantó y fue donde la rubia agarrándole el brazo.

—¿Lin?, ¿Que pasa?—pregunta la rubia.

—Vamonos—responde la azabache.

La rubia no pudo decir nada hasta que llegaron al salón en el cual no había nadie solo la profesora quien estaba durmiendo.

—Lin, ¿Que pasó?, ¿Por que nos fuimos?—pregunta la rubia confundida.

La azabache señala, Enid mira y había notado el porqué la saco, era por que había salido su cola de lobo. Ahora entendía el porque aquellas chicas la miraban tan raro.

—Debes estar atenta—dice la azabache.

—¡Perdón!, Estaré más atenta—dice avergonzada la rubia mientras intentaba desparecer aquella parte de lobo.