Amado té verde. [GL]

Capítulo 36.

Después de hablar un rato con Meng Yilan, Song Qi subió a su carruaje.

El carruaje salió lentamente del palacio y, gradualmente, los alrededores se animaron. Era ruidoso fuera del palacio.

Song Qi abrió la cortina y miró hacia afuera.

Alguien la reconoció pronto, y luego hubo un grito más fuerte.

"¡General Shao!"

"¡Es el general Shao!"

"¡General Shao!"

Otros arrojaron sus bolsos a Song Qi.

Song Qi agarró el bolso con una mano, un poco estupefacto.

Pero también hay algo de emoción, ¿qué hizo Shao Jie para que la gente la amara tanto?

Zhao Zhi miró hacia atrás y claramente sintió que había muchas más personas llamando a Shao Jie que llamándolo a él.

En silencio lo atribuyó al hecho de que debido a que su identidad era demasiado noble, esas personas no se atrevieron a gritar.

Song Qi y la gente no dijeron nada importante, solo charlaron.

Sus preguntas son muy simples y básicamente son "¿Qué tan buena ha sido tu vida?"

Después de salir de la ciudad, había un poco menos de gente. Song Qi dijo mucho y sintió un poco de sed, por lo que bebió varios sorbos de agua.

Por la tarde, llegaron al Palacio de las Aguas Termales.

Hay una piscina de aguas termales en el palacio donde vive Song Qi. Este tratamiento solo está disponible para ella y la emperatriz, y todos los demás deben ir a un área específica de aguas termales.

Nunca antes se había sumergido en una fuente termal, así que se quedó junto a la piscina y observó durante un rato.

"Consorte imperial, ¿quieres remojarte un rato?" La doncella del palacio no pudo evitar preguntar mientras la observaba inmóvil.

"Después de un tiempo, ve e invita a Yata primero". Dijo Song Qi.

Quería decir que no dejemos que la gente de la emperatriz lo vea, pero es imposible pensar en eso.

"Sí."

Después de que entró Yata, complació a Song Qi con una acción estándar.

Song Qi la miró con sorpresa, luego miró a las otras sirvientas del palacio: "Tú bajas primero".

Las dos doncellas del palacio de Yata estaban un poco reacias, pero después de dudar por un momento, no tuvieron más remedio que retirarse.

Song Qi miró a Yata, que se portaba muy bien frente a ella: "Siéntate".

"Buena consorte imperial". Yata estiró su tono.

Song Qi volvió a fruncir el ceño, pero en poco más de un mes, ¿cómo se volvió así la gente?: "¿Qué pasó?"

Yata levantó la cabeza y miró a Song Qi, con una leve sonrisa, "¿El General Shao se preocupa por mí?"

“De lo contrario, ¿por qué te llamo aquí? ¿Para beber té? Song Qi frunció el ceño. “Solo somos dos aquí. Puedes decirme lo que pasó.

Yata sostuvo la taza con fuerza y ​​la soltó nuevamente después de un rato.

"¿Fue la concubina Fang?"

"No es ella". Yata se burló. "Ella es solo una idiota".

"Tú tampoco te ves muy inteligente".

Yata miró a Song Qi, algo insatisfecho, vagando a punto de enojarse, y Song Qi finalmente vio un poco de la sombra de Yata antes.